Hasta hace unos años, "era impensable poder conectarse a internet desde la playa", asegura el psicólogo terapeuta de la entidad Atención e Investigación de Socioadicciones José Fernández. Pero hoy en día, lo impensable es desconectar, aun estando de vacaciones. Todos los estudios aseguran que estar totalmente ausente del trabajo (ni teléfono ni ordenador) al menos dos o tres semanas mejora el rendimiento de los trabajadores. Pero, ¿cómo se hace eso en un mundo tan tecnológicamente conectado?

Los expertos recomiendan dedicar tiempo a uno mismo y a la familia, relajarse e, incluso, no hacer caso a los mensajes de whatsapp del jefe ni a las redes sociales.

Para no quedarse incomunicado por completo, existen teléfonos con características básicas que dan opción de llamar y enviar SMS si fuese necesario, pero que no permiten caer en la tentación de conectarse constantemente a internet, entrar en el correo, mirar los whatsapps, etcétera.

Es el caso de teléfonos como el nuevo Nokia 3310, lanzado en el Mobile World Congress celebrado el pasado febrero en Barcelona. Una de las principales características de este modelo 'vintage' es que su batería puede durar un mes en reposo (22 horas de conversación); todo un clásico para estar conectado solo 'pa por si'.

Quizás los primeros días la sensación es extraña por no prestar la atención habitual al 'smartphone' pero, como todo, acabará pasando si se siguen unas pautas mínimas:

1. Desactivar la conexión a internet del móvil: desconectar de la tecnología no significa no llevar el móvil encima durante los días de asueto, sino desactivar la conexión a internet. La mayoría de las personas usa el móvil para consultar el correo electrónico, hacer búsquedas en internet, consultar las redes sociales y utilizar los servicios de mensajería con los amigos, la familia, los jefes...

Si no se usan los datos móviles o wifi cuando se pueda, se evitará acceder, casi de forma inconsciente, a todas esas opciones. Hay que evitar, por lo tanto, la tentación. Una de las cosas que se puede hacer es avisar a todos los contactos, advirtiéndoles de que solo pueden hacer llamadas importantes.

2. Silenciar el móvil cuando se esté haciendo algo concreto, ya sea una excursión o tumbarse media hora en la playa a disfrutar del sol y el mar. De esta forma se aprovecha más el día y se toma conciencia real de lo que significa "irse de vacaciones".

3. Hacer uso de ciertas funciones del móvil (como los juegos) con moderación: aprovechar los días libres al máximo no significa dejar el móvil en el cajón u olvidarse de la tecnología por completo; se puede usar el móvil o la consola para jugar, aunque con moderación: pasarse todas la vacaciones frente a una pantalla no permitirá una desconexión completa.

4. Hacer uso de las redes sociales con medida: subir fotos de las vacaciones a Instagram u otras redes sociales también se debe hacer con mesura. Está genial darle un poco de envidia a los amigos y compañeros de trabajo, pero centrarse en ello tampoco permite desconectar por completo. Hay que aprovechar la privacidad que da el no estar conectado y subir alguna foto (no el álbum completo) a la vuelta de las vacaciones. De esta forma también se evitará propagar a los cuatro vientos que la casa está vacía y ser víctima de un robo.

Estos consejos se resumen en uno: poner el cartel de cerrado y desconectar de verdad. Hay que tener en cuenta que las aplicaciones de mensajería, las redes sociales, el correo, Instagram... son herramientas creadas para estar al servicio de los hombres (y no al revés) y estarán ahí cuando se vuelva a la rutina.