Cuando decidimos poner fin a una relación no siempre es esperado para ambas partes y nos encontramos ante la difícil decisión de cómo hacerlo de la mejor forma posible, sin hacer daño al otro. No implica que el amor se haya acabado del todo, sino que la estabilidad o el bienestar no se logra y la relación no es todo lo que necesitamos para estar bien con alguien.

Al plantearnos romper la pareja, hemos sopesado las consecuencias y hemos evaluado si esto es realmente lo que queremos. La relación que se ha construido no es la que estábamos buscando, no nos aporta lo suficiente, hay desequilibrios marcados, no se satisfacen las necesidades emocionales o la rutina se nos hace insoportable. Tenemos claro que no queremos seguir con la otra persona y solo nos queda romper de la mejor forma posible, desde la sinceridad y sin herir los sentimientos de nuestra pareja.

ROMPER LA RELACIÓN

Pasan los días, tenemos clara la decisión, sabemos que no queremos estar con nuestra pareja pero no logramos dar el paso. Esto se convierte en algo peligroso, ya que el otro no tiene ni idea de lo que nos ocurre y el ciclo de la relación continua. Puede que se estén planeando viajes, que piense en vivir con nosotros o nos esté preparando una sorpresa. Cuanto más tiempo pase, más probabilidades hay de que sí provoquemos el daño que queremos evitar. Es por eso que, si lo hemos pensando bien, nos decidamos a dar ya el paso.

Dejar bien a una pareja es algo complicado pero no imposible. Lo primero es tomar la decisión, y una vez decidido, con los siguientes pasos podremos hacerlo de la mejor forma posible:

1. Responsabilidades

Siempre deben diferenciarse nuestras responsabilidades reales de las que a veces nos atribuimos y son de otros. Somos responsables de lo que decimos, hacemos y pensamos, de nuestras ideas, nuestro esfuerzo y las consecuencias que de ello derivan; pero no somos responsables de lo que otros hacen, dicen o interpretan, independientemente de si nosotros hemos lanzado la primera piedra. De la misma forma, somos responsables de nuestra vida, del amor que sentimos y de lo que queremos hacer con él. Todo lo demás, no es nuestro.

2. Evita el boicot

Muchas personas, deciden no hacerse cargo de la responsabilidad de dejar al otro, por lo que crean estrategias de boicot, muchas veces inconscientemente, para que sea la pareja quien tome la decisión. Malos comportamientos, indicios de infidelidad o un mayor aislamiento para forzar a que nos abandonen y no tener que ser nosotros los que lo hagamos. Esto, aparte, nos quita culpabilidad y nos convierte en víctimas.

3. Con calma

Los momentos de discusión o los enfados son aprovechados para, ya que nos dejamos llevar por la rabia, dejar la pareja. Este error hace que el otro malinterprete lo ocurrido y piense que es debido a ese momento, que no lo queremos dejar realmente. Manda mensajes equivocados y confusión, alargando aún más la situación.

4. Claridad

La sinceridad y la transparencia son pilares fundamentales en todas las relaciones, independientemente de si es una pareja, un familiar o un amigo. Esta misma sinceridad nos debe también acompañar a la hora de dejar a una pareja, procurando que no sea un motivo para hacer daño al otro. Ser sinceros con nuestros sentimientos, expresar lo que sentimos y lo que queremos a partir de ahora ayuda al otro a generar empatía y a nosotros mismos a reafirmarnos.

Para poder dejar bien a tu pareja, una vez tomada la decisión, lo importante es hacerlo desde la serenidad y la transparencia, teniendo claro lo que queremos expresar, las responsabilidades que sí son nuestras y las que no lo son. Buscaremos nuestro bienestar y eso implica empezar un nuevo camino en solitario.