El Comisionado de Memoria Histórica de Madrid propondrá al Ayuntamiento la instalación en las calles de unas "placas específicas" que restablezcan la memoria de personas e instituciones clave que sufrieron la represión del Franquismo, como es el caso de los estudiantes Arturo Ruiz o Enrique Ruano.

La presidenta del Comisionado de Memoria Histórica, Paca Sauquillo, explica en una entrevista con Efe que el equipo trabaja ahora en consensuar el listado de esas placas que recuerden a quienes tuvieron un papel importante en la defensa de la ciudad de Madrid durante la Guerra Civil o sufrieron durante el Franquismo.

"Por ejemplo, el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo juega un papel muy especial durante la dictadura. Es importante recordar dónde estuvo el Tribunal", explica la histórica socialista y militante antifranquista Paca Sauquillo.

El Comisionado de Memoria Histórica ya sugirió al Consistorio el cambio de nombre de 47 calles de la capital -entre ellas renombrar la calle de los Caídos de la División Azul por Memorial 11 de marzo de 2004- y propuso además construir '15 lugares de memoria', uno de ellos en el denominado Arco de la Victoria de Moncloa.

Con las placas de memoria, la presidenta del Comisionado quiere dejar constancia del lugar que ocupaban embajadas como las de Chile, Noruega o Cuba, que como muchas otras acogieron durante la Guerra Civil a miles de españoles amenazados o perseguidos por sus ideas, un reconocimiento que también merece por su acogida a exiliados el entonces presidente mexicano Lázaro Cárdenas.

Paca Sauquillo considera que en las calles de la capital debería quedar constancia también de la "semana negra" de la Transición, con recuerdos al fallecimiento de Arturo Ruiz, un estudiante de Bachillerato Unificado Polivalente (BUP) de 19 años, que fue asesinado por un grupo de ultraderecha cuando acababa de participar en una manifestación proamnistía no autorizada.

Y sugiere que otra de estas placas recuerde a Enrique Ruano, el estudiante de Derecho defenestrado de un séptimo piso, después de tres días de interrogatorios y torturas en la Dirección General de la Policía por arrojar propaganda en la calle durante unas jornadas de protesta contra el régimen de Franco.

A su muerte en enero de 1969 le sucedió una semana de movilizaciones que paralizaron la universidad madrileña.

"La idea de colocar estas placas es explicar a la gente qué pasó en aquella época para que la conozca la historia a medida que camine por Madrid. Por ejemplo, que se lea que el general Miaja defendió Madrid y se quedó solo, y que se sepa que el Ángel Rojo también se la jugó", explica Paca Sauquillo en referencia a Melchor Rodríguez, último alcalde republicano de Madrid, que salvó la vida a centenares de personas del bando franquista durante la guerra.

La presidenta del Comisionado también querría que una de las placas recuerde a la pionera del fotoperiodismo Gerda Taro, que junto con su pareja, y bajo el seudónimo de Robert Capa, tomó algunas de las instantáneas más famosas de la contienda española, así como a los aviadores republicanos que defendieron Madrid de los bombardeos.

"Queremos que estas placas de memoria histórica sean diferenciadas a las históricas que ya hay en Madrid. Espero que consensuemos la creación de unas 30 placas", explica a Efe Sauquillo.

El informe sobre la colocación de las placas está en fase de elaboración, de manera que el Comisionado aún no ha informado al Pleno del Ayuntamiento de Madrid de su propuesta.

Antes de disolverse previsiblemente después del verano, el Comisionado redactará un informe final que contendrá también documentación sobre las mujeres que tuvieron un papel importante y que "por el hecho de serlo no han sido reconocidas".

El comisionado de la Memoria Histórica de Madrid echó a andar el 5 de mayo del año pasado con el apoyo de todos los grupos políticos con el objetivo de redactar un plan de memoria que, sin "revanchismo" y con consenso, incluyese la adaptación del callejero de Madrid a la ley de memoria histórica.

Este organismo, que tiene un carácter meramente propositivo, se creó después de que la alcaldesa quitase las competencias de memoria histórica a la exdelegada Celia Mayer cuando ésta ordenó retirar, sin informes previos, tres vestigios franquistas, uno de ellos en homenaje a ocho frailes carmelitas fusilados.