La combustión espontánea de un depósito de estiércol podría ser el origen del incendio que desde el miércoles ha quemado miles de hectáreas en Vinebre. Las primeras investigaciones realizadas por el cuerpo de Agentes Rurales apuntan a que el fuego comenzó en una granja de gallinas situada en el municipio de La Torre de l’Espanyol en la que los excrementos de los animales no estaban bien almacenados. Esto pudo ocasionar un aumento de la temperatura que, a su vez, pudo generar el fuego.

Para entender este fenómeno hay que ir al origen: la fermentación, un proceso bioquímico mediante el cual una sustancia orgánica (en este caso, excrementos) se transforma en otra más simple. En este proceso de descomposición se van generando diferentes compuestos químicos. Entre ellos, el metano, un gas altamente inflamable que se produce de manera natural por la descomposición de la materia orgánica. Se trata del mismo gas que emana de humedales y pantanos, depósitos naturales del subsuelo, a partir de la actividad humana y como consecuencia del proceso de digestión del ganado (flatulencias). Al alcanzar la atmósfera contribuye al efecto invernadero.

«En este caso es posible que el proceso de fermentación del estiércol ocasionara una combustión espontánea. Estas reacciones generan una fuente de calor que, en caso de que alcance una determinada temperatura (conocida como autoignición), pueden generar un fuego de manera espontánea. Esto puede ocurrir si los excrementos están mal almacenados y si, por ejemplo, el depósito no está correctamente ventilado para evitar la acumulación de gases como el metano», explica Vladimir Sánchez, químico, investigador, profesor y divulgador científico. «Este proceso está muy relacionado con la temperatura, así que es más probable que se produzca ante episodios como la ola de calor que se está produciendo en estos días».