Cinco años ya desde la comisión del crimen de una familia entera en los Alpes franceses y ningún avance en la investigación. El 5 de septiembre del 2012, a plena luz del día, un ciclista británico encontró el cuerpo sin vida de otro ciclista con quien minutos antes se había encontrado en la carretera. Después el británico encontró a una niña gravemente herida en el suelo y un vehículo con otras tres personas muertas en su interior. Estaba ante el homicidio de una familia británica de origen iraquí a la que le dispararon a quemarropa en la cabeza cuando recorría los Alpes.

La familia había llegado desde el Reino Unido en una caravana a la zona de camping de Le Solitaire du Lac, en la región de Haute-Savoie al sudeste de Francia. El padre, identificado por la policía francesa como Saad al-Hilli, de 50 años, su esposa y su suegra fueron encontrados muertos dentro del coche. Zainab, la hija mayor, de siete años, fue hallada viva con un tiro en el hombro y golpes en el cuerpo. Tras ocho horas de haber informado del crimen, el equipo forense entró al coche a investigar y halló viva, entre los cuerpos, a una niña de cuatro años, Zeena.

Cinco años después, la impotencia impera entre los investigadores, en concreto, en el caso de la fiscal de Annecy, Véronique Denizot, al ser interrogada por el periódico fracés 'Le Figaro' sobre la matanza. "Tenemos el sentimiento de que no avanzamos en esta investigación", ha reconocido. Las pesquisas continúan, de hecho, nunca se han cerrado pero sin ninguna novedad importante. Como su antecesor, Éric Maillaud, que dejó el cargo en el 2016, su sustituta también espera "un hilo del que tirar, una persona que empiece a hablar y este enigma pueda ser resuelto".

La policía aseguró desde el primer momento de que existe la posibilidad de que la causa del crimen tuviera que ver con una disputa familiar entre hermanos por unas tierras que recibieron de sus ancestros en España y Suiza. Sin embargo, este posible móvil no se pudo confirmar.