El Ejército paquistaní confirmó ayer la liberación de una familia norteamericana en manos talibanas desde hace cinco años. El canadiense Joshua Boyle; su esposa, la estadounidense Caitlan Coleman, y sus tres hijos han sido trasladados a Pakistán desde Afganistán, donde fueron secuestrados en el 2012. En breve viajarán a EEUU. «Todos los rehenes han sido recuperados sanos y salvos y serán repatriados a su país de origen», detalló en un comunicado la oficina de comunicación militar paquistaní. Los militares explicaron que la inteligencia estadounidense les informó de que la familia había sido llevada el miércoles a territorio paquistaní a través de la zona tribal de Khurram, fronteriza con Afganistán.

Boyle y Coleman fueron secuestrados en el 2012 en Afganistán, donde habían viajado como parte de un periplo por varias exrepúblicas soviéticas centroasiáticas; entre ellas, Uzbekistán, Kirguizistán y Tayikistán. Los talibanes emitieron en diciembre del 2016 un vídeo de la pareja con dos de sus hijos nacidos en cautiverio, en el que pedían ayuda al presidente de EEUU, Barack Obama, y a su sucesor, Donald Trump.

La liberación de Boyle, Coleman y sus hijos se produce en un momento de tensiones entre Pakistán y EEUU, después de que Trump afirmase el 21 de agosto pasado que Islamabad tenía «mucho que perder» si continúa «albergando» a terroristas. Islamabad negó aquellas acusaciones y pospuso varios viajes oficiales entre ambos países, entre ellos el del titular de Exteriores, Khawaja Asif, que fue a Washington siete semanas después. El Parlamento paquistaní aprobó por unanimidad el 30 de agosto una resolución que proponía el cierre de las rutas de abastecimiento hacia Afganistán para las fuerzas de EEUU y la OTAN.

Sin embargo, el presidente de EEUU celebró ayer la liberación de la familia y dijo que es un «momento positivo» entre los dos países. Trump señaló que la cooperación del Gobierno paquistaní «es una señal de que está cumpliendo los deseos de EEUU de que haga más por proporcionar seguridad en la región».