Margarita P.P., una mujer de 45 años, murió una lluviosa tarde de marzo del 2016 en una carreterita gallega cercana a Muros (Pontevedra). Leandro C.R., un joven de 18 años con el carnet recién estrenado a los mandos de un Megane, conducía ebrio y drogado y se llevó por delante su coche al invadir el carril contrario. Leandro había salido de marcha y volvía casa, situada a unos dos kilómetros de distancia pero dio un rodeo ilógico para hacerlo. Había explicado a algunos amigos que había un control en su ruta habitual.

¿Cómo lo sabía? Los agentes ataron cabos y detectaron en una red social el chivatazo sobre este control de alcoholemia a las 19.48 horas. Leandro mató a Margarita a las 20.27 horas. El juez no pudo dar por probado el papel de la app en el siniestro porque el acusado lo negó."Le hubiese caído más pena. Si él no lo confirmaba, era imposible probarlo, pero estamos convencidos de que fue así", señalan fuentes de la investigación.

Hay muchos casos de sospechas similares pero en todos es muy difícil probarlo, sobre todo mientras ‘chivarse’ no sea ilegal. La mujer ebria y drogada que en mayo del 2017 mató a tres ciclistas había eludido tres controles antes de atropellar a un pelotón de aficionados. Otro joven gallego que se estrelló contra un muro causando la muerte del copiloto, su hermano, seguía un grupo de Whatsapp de avisos. ¿Como saber si Núria Borras, la profesora que fue hallada muerta en el canal de Seròs (Lleida) se desvió de su camino habitual tras recibir una alerta? Volvía de una discoteca, según los Mossos, y por alguna razón desconocida tomó una ruta distinta de la más razonable.

SIN COCHES EN MINUTOS

Los agentes que integran los controles notan de inmediato el efecto de los avisos. Nos lo cuenta uno que trabaja en Galicia."Imagínate. La fiesta por ejemplo del marisco. Nos colocamos en un punto y nada más llegamos y encontramos untráfico normal de una zona de ocio. Denso. Vas parando coches y te van dado 0,10 mlg, 0,12,tasas de que se han tomado un cerveza nada más y van para casa. Y de repente 0,0,0 y luego ya no pasan coches. Estás allí para nada", lamenta.

En Galicia empezó la sorda lucha entre este uso pernicioso de la tecnología y la fuerzas de seguridad quizás porque Social Drive, pricipal ‘chivata’ nació allí. Estas redes nacieron como una evolución de grupos de Whatsapp nacidos con la misma finalidad. Muchos grupos aún funcionan, sobre todo en zonas rurales y en los pueblos más pequeños.

EN PERJUICIO PROPIO

"Ser un conductor supuestamente solidario te puede perjudicar a ti y a tu familia. Cuando das el aviso de una patrulla puedes contribuir a que un conductor borracho mate a tu mujer que vuelve por ejemlo a casa del súper o el que ha secuestrado a tu hija huya impunemente", advierte un portavoz de la Asociación Pro Guardia Civil (Aprogc).

Cada control suele detectar entre 20 o 30 personas que superan los limites de alcohol o van drogadas,"gente que fácilmente puede tener un accidente", añaden. Uno de sus agentes explica por ejemplo que un reciente noche paró "a un camión con exceso de carga y que triplicaba la tasa de alcohol". No iba por la autovía sino por la nacional para eludirles e iba atravesar todo España. Sus posibilidades de acabar matando alguien eras enormes.

Aprogc quiere destacar algo que mayoría de la población desconoce, que muchas veces las patrullas de tráfico están en realidad diseñadas para localizar a un delincuente o un terrorista sin despertar las sospechas."Hay que gente que paramos en un control, les pedimos la documentación y les dejamos marchar. Pueden creerse que algo rutinario pero a lo mejor estamos buscando a un yihadista sospechoso de querer cometer un atentado y el que avisa por la red está contribuyendo a que el atentado se produzca. O el atraco o el robo o lo que sea, si lo que buscamos es un delincuente común", lamenta el portavoz .