Aunque muchos las asocian a épocas pasadas de mayores penurias, el aumento del tráfico de personas y de mercancías las han convertido hoy en una de las plagas con más presencia en localidades turísticas como Barcelona y Madrid. Se trata de las chinches: llegan escondidas en las maletas de los visitantes cual polizones y se instalan en los hoteles o apartamentos de destino. De este modo, el siguiente huésped tiene muchas papeletas para llevárselas a su casa y continuar expandiendo la plaga. Las chinches son insectos viajeros y una de las especies más molestas que pueden entrar en un hogar. Son muy resistentes a los insecticidas de uso doméstico y tan pequeñas que pueden trasladarse de una vivienda a otra a través de los enchufes.

En Barcelona y Madrid, las empresas de control de plagas están experimentando un crecimiento del número de llamadas relacionadas con las chinches. Según detalla la compañía Rentokil a este periódico, la media española de demanda de control de esta plaga está en el 12%, mientras que en las dos capitales se está registrando el 20%, ocho puntos por encima.

ESCONDIDAS EN LAS MALETAS / «El turismo trae chinches, los viajeros las llevan en las maletas y las van dejando en los hoteles y los apartamentos, lo que ha originado que se manifieste su presencia donde antes no la había», aseguran fuentes de la empresa, que tienen claras las zonas con más colonias: coinciden con las más turísticas, es decir, Ciutat Vella, en Barcelona; y Lavapiés y Malasaña, en Madrid.

El caso es que, mientras que hace unos años los incidentes con chinches más graves se encontraban en los hoteles, ahora el problema se está trasladando a los pisos turísticos. Esto se debe a que los hoteles ya cuentan con protocolos de actuación y de control de plagas. De hecho, muchos hoteleros se preocupan por entrenar al personal para que sea capaz de detectar la presencia de estos insectos cuando aún es muy insignificante. Por el contrario, los particulares que alquilan pisos turísticos no acostumbran a tenerlos, lo que convierte estos apartamentos en auténticos nidos de chinches.

Este fenómeno no extraña al director general del Gremi d’Hotels de Barcelona, Manel Casals, quien lo considera hasta lógico debido a la gran diferencia que existe entre hoteles y pisos turísticos en cuanto a normativa. «A los hoteles se les exigen unas medidas de control de la salubridad extremas para proteger la calidad del destino turístico. Los otros, en cambio, no tienen que cumplir con ningún requisito en términos de salud ni tampoco de seguridad. Hoy hablamos de plagas de chinches, pero mañana podemos estar hablando de riesgo incendios en los pisos turísticos debido a una falta total de exigencia en las medidas de control», lamenta.

DEPENDE DE CADA DUEÑO /Por su parte, la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos (Fevitur) defiende que, si bien es cierto que no existe ningún protocolo que obligue a estos alojamientos a tomar medidas contra las plagas, la entidad aboga por el cumplimiento de unos estándares de calidad. Eso sí, la ejecución de buenas praxis dependerá en última instancia de cada propietario. Igualmente, Fevitur ve como una buena señal que las empresas de plagas estén actuando cada vez en pisos turísticos.

Otro factor relacionado con el resurgimiento de las chinches es la falta de conocimiento de la población, según apuntan los profesionales de Rentokil: «La mejor forma de evitarlas es la detección temprana, pero la gente no sabe identificar su presencia. Además, los productos biocidas más eficaces fueron prohibidos por sus altos niveles de contaminación».

CLAVES PARA SU LOCALIZACIÓN / ¿Cómo puede un particular localizar la presencia de estos insectos? Miguel Gallego, supervisor y técnico de Serviset Plagas, recomienda revisar el colchón de la cama, el cabezal, la mesita de noche, el somier, el cabezal de la cama y los enchufes. «Podemos detectar su presencia si encontramos señales como las mudas que van dejando, que tienen un aspecto parecido a las cáscaras de las pipas de girasol», detalla el técnico de Serviset.

No obstante, Gallego también alerta de que las chinches no solo se encuentran en las habitaciones de los alojamientos, también pueden agarrarse al equipaje en otros lugares, como las bodegas de los autocares. Por eso hay que ir con cierto cuidado al llegar a casa. «Cuando regresamos de un viaje, la maleta nunca debe ir a parar al dormitorio. Tenemos que dejarla en una habitación donde no haya ninguna cama en la que puedan instalarse y, a su vez, que sea un lugar con un fondo blanco para que su avistamiento sea fácil. Si detectamos la presencia de estos insectos en la ropa, basta con meterla en la lavadora para acabar con ellos. En cuanto a la maleta contaminada, lo más recomendable es confinarla durante 13 meses o congelarla», explica el especialista.