Con los rescoldos aún emanando de entre los escombros, casi sin tiempo para asimilar la tragedia y evaluar los daños materiales e intangibles, la sociedad civil francesa ya se ha volcado en la reconstrucción de Notre Dame, uno de los grandes vestigios góticos y una joya de la arquitectura mundial de la que no están dispuestos a quedar huérfanos. Prohombres, magnates y grandes corporaciones han avanzando la aportación de al menos 750 millones de euros para sufragar los trabajos de reconstrucción del templo a partir de la estructura que se ha podido conservar.

El primero en anunciarlo fue François-Henri Pinault, esposo de la actriz mexicana Salma Hayek, y su padre, que donarán 100 millones de euros para la reconstrucción de la catedral de Notre Dame de París a través de la sociedad de inversión Artemis, de la que son propietarios.

«Esta tragedia nos ha golpeado a todos los franceses y mucho más a todos aquellos que estamos vinculados a unos valores espirituales. Frente a un drama así, todos deseamos recuperar cuanto antes esta joya de nuestro patrimonio», indicaba el presidente del grupo empresarial Kering, Pinault hijo.

Cooperación

Horas después, el grupo empresarial Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH) de la familia Arnault, comunicaba que se sumaba a la causa con otros 200 millones de euros, para tratar de reparar, en la medida de lo posible, el infausto siniestro que ha afectado «a esta obra arquitectónica, que es parte de la historia de Francia», según expuso la firma en un comunicado. Más allá de la aportación pecuniaria, el grupo LVMH puso a disposición de las autoridades francesas al personal de todos sus equipos «creativos, arquitectos y financieros» para cooperar tanto en las labores de reconstrucción de Notre Dame como en la recolección de más fondos para llevar a cabo esos trabajos.

La familia Bettencourt Meyers y el grupo L’Oréal participarán en «el renacimiento» del emblemático templo con 100 millones de euros, a los que deben sumarse otros 100 millones donados por la Fundación Bettencourt Schueller. También el consejero delegado de la petrolera francesa Total, Patrick Pouyanné, hizo público que la compañía ha realizado una donación especial de 100 millones de euros al fondo para la reconstrucción de la catedral parisina.

La magnitud de la tragedia ha trascendido fronteras de tal forma que se han impulsado campañas de recolección de fondos en países como Estados Unidos, donde las no pocas personas impactadas por la devastación a la que estaban asistiendo en la distancia comenzaron a aportar dinero para restaurar un hito mundial, incluso horas antes de que el incendio estuviera controlado y extinguido. El propio presidente de Francia, Emmanuel Macron, avanzó el lanzamiento de una iniciativa para recaudar fondos para tal fin.

Conmoción

French Heritage Society, con sede en Nueva York, y la plataforma de microfinanciamiento Go Fund Me, estuvieron entre los primeros en ofrecer ayuda a la catedral, un destino imprescindible para las personas de todo el mundo que visitan París. French Heritage Society, un grupo estadounidense sin ánimo de lucro dedicado a preservar los tesoros arquitectónicos y culturales de Francia, lanzó una página en internet para recolectar dinero para la restauración de la catedral.

«Notre Dame es, obviamente, una maravilla arquitectónica y ciertamente un monumento que debería ser restaurado», dijo Jennifer Herlein, directora ejecutiva de la sociedad. Herlein no pudo detallar inmediatamente cuánto había recaudado su organización para Notre Dame, pero sí avanzó que los fondos recibidos irán directamente a la catedral. La organización, que fue fundada en 1982, entregó dos donaciones el año pasado por un valor de más de 430.000 dólares para sufragar proyectos de restauración de la biblioteca nacional de Francia. En el sitio GoFundMe, ya se habían impulsado más de 50 campañas en este sentido cuando no habían pasado ni siquiera 24 horas de que se declarara el incendio.