Los cinco descubridores de la Cueva de Nerja, de los que cuatro siguen vivos, fueron homenajeados ayer por el 60 aniversario de su hallazgo, cuya fecha exacta se cumple hoy, y recordaron cómo una diversión juvenil en busca de murciélagos acabó revelando una maravilla natural. Aunque los habitantes de Maro conocían la existencia de una pequeña cavidad llamada Mina del Cementerio, nadie se había atrevido a aventurarse en ella hasta que Francisco Navas, los hermanos Manuel y Miguel Muñoz, José Luis Barbero y José Torres decidieron seguir a una banda de murciélagos que salía del interior.

Los cinco jóvenes, con edades comprendidas entre los 21 años de Francisco Navas y los 13 de Miguel, ensancharon con un martillo la entrada a la cavidad y penetraron en la gruta hasta dar con dos esqueletos, que creyeron que eran de otros exploradores, por lo que sintieron miedo de quedar atrapados y salieron. Torres, que ha ejercido de portavoz de sus compañeros y de la familia del fallecido José Luis Barbero, explicó a los periodistas que siempre se sentirán «muy orgullosos y emocionados» por lo que hicieron.

Indicó que está agradecido por la evolución experimentada por la cueva gracias a sus diferentes gestores, y confesó que su mayor alegría es ver a la gente disfrutar cuando acuden a visitarla. Este descubridor manifestó que cuando encontraron la entrada de la cueva, cegada en principio por un «enrejado de estalactitas», sabían que dentro tenía que haber una cavidad mayor, por la masa de aire y los cientos y cientos de murciélagos que salían.

Decidieron volver a este punto el 12 de enero de 1959, pero provistos con un martillo para romper las estalactitas y una linterna, y posteriormente, Manuel Muñoz descolgó hacia el interior sujetándolo por los pies a Francisco Navas, que era el más delgado y alto, y éste pudo comprobar que había un suelo firme. «Entramos en lo que se conoce como la sala de la Cascada, donde se celebra cada año el Festival Internacional de Música y Danza, y evidentemente la luz no era como la actual, porque solo teníamos la linterna, pero la emoción que sentimos es indescriptible», añadió. Torres apuntó que salieron de allí con el convencimiento de que aquello había que «divulgarlo a los cuatro vientos» y fueron a comunicárselo a dos maestros de Maro, núcleo de población de Nerja en el que residían. A los pocos días de su descubrimiento, la expectación en torno a la gruta ya era mundial, y al año siguiente fue declarada Monumento Histórico Artístico, y posteriormente, BIC.

La presidenta de la Fundación Cueva de Nerja y subdelegada del Gobierno en Málaga, María Gámez, informó que tendrán lugar en la cueva y en el Museo de Nerja diferentes actividades para conmemorar el 60 aniversario del hallazgo. Visitas guiadas, teatralizadas o la presentación de nuevos contenidos museísticos forman parte de una programación que tiene el foco puesto en el «cariñoso y afectuoso» homenaje a los cinco descubridores.