La nave 'Cassini', uno de los proyectos más fecundos y dilatados de toda la historia de la exploración espacial, pondrá fin el próximo viernes a casi 20 años de trabajo sumergiéndose y desintegrándose de forma deliberada en la atmósfera de Saturno, el planeta al que ha consagrado su vida científica. El combustible se está agotando. De lo contrario, se corría el riesgo de que se precipitara sobre alguna de sus 61 lunas, particularmente Titán o Encélado, tan atractivas para la búsqueda de indicios de vida, y ocasionara una peligrosa contaminación.

El orbitador 'Cassini' y su módulo 'Huygens', un pequeño aterrizador que se posó en Titán en el año 2005, son un proyecto conjunto de las agencias espaciales de Estados Unidos (NASA), Europa (ESA) e Italia (ASI).

UN MUNDO MUY DESCONOCIDO

Cassini, que partió de la Tierra en octubre de 1997, tiene un currículum espectacular. Tras un vuelo de siete años que incluyó sobrevuelos sobre Venus y Júpiter, la nave se adentró finalmente en la región de Saturno, un mundo hasta entonces poco conocido que solo había sido visitado fugazmente por las sondas 'Pioneer 11' (1979), 'Voyager 1' (1980) y 'Voyager 2' (1982). Saturno, el segundo mayor planeta del sistema solar, es un gigante de gas compuesto en un 75% por hidrógeno, probablemente con un núcleo sólido recubierto por una capa líquida. Se estima que su temperatura superficial ronda los -180ºC.

GÉISERES DE AGUA EN ENCÉLADO

Uno de los episodios más prodigiosos de la historia de 'Cassini' se produjo en el año 2005, poco después de su llegada a Saturno, cuando el módulo 'Huygens', que estaba acoplado a la nave nodriza, descendió sobre Titán en lo que fue y sigue siendo el único aterrizaje de la historia efectuado sobre una luna extraterrestre. También fue espectacular una maniobra realizada el pasado abril que le llevó a pasar entre Saturno y su anillo más interior a una velocidad de 124.000 kilómetros por hora.

Entre otras muchas cuestiones, las observaciones a lo largo de estos años han permitido descubrir nueve pequeños satélites hasta entonces desconocidos, detectar agua líquida que emergía en forma de géiseres de la superficie de Encélado y también observar mares de hidrocarburos en Titán. En total, la nave ha enviado a la Tierra 635 gigabytes (GB) de datos y más de 300.000 fotografías, y sus análisis han acabado traduciéndose en cerca de 4.000 artículos científicos escritos por investigadores de 27 países, comentó Earl Maize, líder de la misión, durante una reciente teleconferencia.

'Cassini' se ha preparado para su despedida. El pasado abril, la nave efectuó con éxito un último sobrevuelo de Titán para coger el impulso gravitatorio para la maniobra final. En el momento de la verdad, la nave entrará en la atmósfera de hidrógeno a una velocidad de 35 kilómetros por segundo con destino al polo norte, región que fue fotografiada al detalle durante el sobrevuelo de abril. Una de las responsables de las maniobras finales es la ingeniera española Mar Vaquero, investigadora del Jet Propulsion Laboratory (JPL-NASA), el centro de control de la misión en Pasadena (California).

En todo momento, la sonda seguirá recogiendo y enviando datos. "Pocos instrumentos en 'Cassini' pueden analizar la atmósfera directamente, por lo que el descenso nos permitirá saber los materiales que la componen", explica Geraint Jones, del Laboratorio de Ciencia Espacial Mullard (Reino Unido), en declaraciones recogidas por la ESA. "Por fin hemos llegado a la última y más atrevida fase de esta misión sin precedentes. La nave volverá a adentrarse en territorio desconocido", explicó el viernes en rueda de prensa Nicolas Altobelli, científico de la ESA participante en la misión.

Los instrumentos a bordo de 'Cassini', todavía activos, harán observaciones de las auroras y mediciones de temperatura, mientras que su radar penetrará profundamente en la atmósfera para revelar "detalles casi 100 veces más pequeños" de lo que ha podido observar hasta ahora, destaca la NASA en un comunicado. Las señales, eso sí, tardarán en llegar a la Tierra más de una hora debido a la enorme lejanía.

PERDER EL CONTACTO DEFINITIVAMENTE

"Se espera que la nave encuentre una atmósfera lo suficientemente densa como para requerir el uso de sus pequeños propulsores para mantener la estabilidad", subraya la NASA. Sin embargo, llegará un momento en que los motores ya no podrán trabajar contra el empuje de la atmósfera para mantener la antena de la nave apuntada hacia la Tierra y el contacto se perderá definitivamente.

"La sonda se romperá como un meteoro momentos después y pondrá fin a su largo y gratificante viaje", subraya la agencia espacial. Concretamente, se estima que se desintegrará cuando se encuentre a unos 1.500 kilómetros de la superficie. El final está previsto para la mañana del próximo viernes, en horario español, madrugada en California. Los técnicos de la misión han decidido un 'suicidio' controlado en Saturno para evitar males mayores. Una posibilidad es que se agotara el combustible, se perdiera la capacidad de maniobrar y la nave acabará cayendo sobre la superficie de Encélado o Titán.

Los responsables de 'Cassini' consideran que la nave ha sentado las bases para futuras misiones durante varias décadas, al igual que con anterioridad hicieron las 'Voyager'. "Esta primera incursión apoyará la exploración futura de Saturno", concluye Linda Spilker, científica del proyecto 'Cassini' en el JPL.