El balance de víctimas del incendio se elevó ayer a 63 muertos. El último en incorporarse a la fatídica lista fue un bombero que estaba hospitalizado en Coimbra en estado grave. El agente pertenecía al cuerpo de Castanheira de Pera, tenía 40 años y era padre de un niño. La cifra de heridos se actualizó hasta alcanzar las 135 personas, de los que seis estaban anoche en estado crítico.

El incendio de Pedrogao Grande, que sigue activo, ha consumido ya más de 30.000 hectáreas de bosque, sobre todo de eucalipto, desde que se inició el sábado. Este censo provisional supera ampliamente las estadísticas alcanzadas en los incendios del 2012 (en Tavira) y del 2003 (en La Chamusca).