El intento de quemar vivo a un hombre en un domicilio de la Barceloneta la madrugada del pasado viernes ha obligado a precipitar la desarticulación de un grupo de traficantes que se había adueñado del control de al menos tres pisos convertidos en puntos de venta de droga. Los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana de Barcelona han irrumpido este sábado a primera hora de la mañana en los tres inmuebles para desmantelarlos y detener a doce personas, la mayoría de nacionalidad pakistaní. La elección de un día festivo para realizar esta intervención no es frecuente y da la medida de hasta qué punto el episodio del fuego ha inquietado a los policías, que llevaban meses con la lupa puesta sobre esta red. Pretender abrasar vivo a un posible competidor es un paso insólito en las pugnas que los traficantes mantienen por el control de la droga en el centro de Barcelona. Un estallido de violencia que convenía atajar cuanto antes.

Dos de los doce arrestados tenían órdenes de detención pendiente y los otros diez han sido detenidos por tráfico de droga. Entre estos últimos se encontraba el sospechoso del fuego del barrio de la Barceloneta, según fuentes consultadas por 'El Periódico de Catalunya'. Los vecinos de la calle Magatzems que dieron el aviso explicaron ayer a los Mossos que en el interior del piso en llamas vieron, a través de la ventana, a un hombre atado que, finalmente, logró liberarse por sus propios medios y saltar a la calle. La víctima fue trasladada de urgencias a un centro hospitalario y a las pocas horas el parte médico ya informó de que se encontraba fuera de peligro. Presumiblemente los investigadores le tomaron declaración el mismo viernes por la tarde. Según fuentes policiales, la principal hipótesis que manejan los Mossos es que este episodio, que se instruye como un homicidio en grado de tentativa, fue un ajuste de cuentas. Es decir, una medida coercitiva destinada a imponer el miedo por parte del grupo desarticulado este sábado para proteger su cuota de mercado.

Durante el operativo policial de este sábado los policías no han encontrado grandes cantidades de droga, algo habitual en las redes de pisos de menudeo dado que sus organizadores evitan almacenar las sustancias en el mismo punto de venta para minimizar las pérdidas en caso de redada, como la de hoy. Entre los estupefacientes intervenidos, según una valoración inicial que deberá confirmarse en el laboratorio, hay cocaína, éxtasis, heroína y crack. El piso de la droga más activo es el ubicado en una finca de cuatro plantas, el número 55 de la calle de Robador, en el corazón del Raval, la mitad de la docena de detenidos se han producido aquí.