La Policía Nacional ha detenido a los 23 integrantes de una organización criminal dedicada a extorsionar a usuarios de páginas de contactos -cuatro de ellos han ingresado en prisión-, en una operación desarrollada en Valencia y Teruel, pero con afectados en 24 provincias, entre ellas Córdoba.

Según explica la Policía, las víctimas recibían amenazas si no abonaban grandes cantidades de dinero, pagos que finalmente hacían por el temor y la vergüenza de que se hiciera público que usaban páginas de citas, con frases como «si no quieres que tu mujer ni nadie se entere: 600 euros».

La operación ha permitido desmantelar esa red, que llegó a obtener más de 100.000 euros mediante estas extorsiones, y esclarecer 80 denuncias de afectados. En las primeras denuncias que se presentaron, en febrero del 2018, los usuarios indicaron que habían contactado con unas jóvenes a través de anuncios publicados en páginas web de contactos, y fueron engañados para continuar las conversaciones por otro teléfono y concertar las citas.

Posteriormente, la víctima comenzaba a recibir llamadas telefónicas o mensajes que le exigían dinero por el tiempo que había estado hablando con la chica a través de ese teléfono y si se producía un encuentro le solicitaban un nuevo pago o sobrecoste por los servicios realizados.

Para persuadirles, los acusados amenazaban con acudir a verle en persona o con poner en conocimiento de sus familiares el uso de páginas web para contratar diversos servicios sexuales, y en algunas ocasiones incluso con lesionarles a ellos o a sus familias.

Según la Policía, en los perfiles de Whatsapp utilizaban imágenes de personas de complexión fuerte y para dificultar su identificación, usaban tarjetas de telefonía dadas de alta con identidades falsas.

Los mensajes que las víctimas recibían contenían frases como: «Me voy a ver obligado a ir a por ti», «vas a pagar de una forma u otra», «me duele que voy a tener que joder a tu familia por tu culpa» o «si sigues mis pasos, si no quieres que tu mujer ni nadie se entere: 600 euros».

Por ello, las víctimas realizaban grandes desembolsos de dinero en diversas cuentas bancarias. Hechos los pagos en las cuentas que la organización controlaba, el dinero era extraído por personas que se llevaban una comisión por dar de alta las cuentas a su nombre y por realizar las extracciones.