El brote de ébola en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) ha segado la vida de más de 1.800 personas desde que se decretó, hace ahora un año, y aún sigue sin control. Ayer miércoles murió el segundo enfermo en Goma, una gran ciudad en el este del país, y un tercer paciente dio positivo, unos hechos que encendieron las alertas en la región. Además, en la provincia vecina de Kivu del Sur, 15 personas han sido puestas en cuarentena. Se trata de la primera vez que se denuncian casos sospechosos de la enfermedad en esta zona.

"El paciente confirmado de ébola en Goma ha muerto, ya se han tomado todas las medidas para reducir la cadena de contaminación", explicó a la agencia Associated France Press Jean-Jacques Muyembe, el nuevo responsable designado por la presidencia congoleña para coordinar la respuesta a la epidemia.

El fallecido había llegado al centro de tratamiento en el undécimo día de enfermedad, algo "inútil porque la enfermedad ya estaba en un grado muy avanzado", explicó su médico, el doctor Aruna Abedi. "Pedimos a la población que no oculte los casos sospechosos. El centro de tratamiento no es un lecho de muerte, debemos llevar al paciente a tiempo", reclamó.

UNA NIÑA DE UN AÑO

El doctor Abedi también anunció que un tercer caso fue detectado el miércoles en Goma, 16 días después del primer caso en la ciudad. "El tercer caso confirmado es el de la hija de un año del hombre fallecido hoy (por el miércoles)", explicó a la AFP un responsable que pidió mantener el anonimato.

Con dos millones de habitantes, Goma se encuentra junto al lago Kivu y a tan solo un kilómetro de la frontera con Ruanda, que precisamente este jueves tomó la decisión de cerrar la frontera con la República Democrática del Congo.

El anuncio de la segunda muerte por ébola ha provocado la inquietud en la población. "Ahora tengo miedo de que esta enfermedad nos afecte a todos. Habíamos oído hablar de ella y parecía que estaba lejos, pero ahora el virus están en nuestra ciudad", explicó Anuarite Sifa, una trabajadora de 27 años de Goma.

Desde la declaración de la epidemia, el 1 de agosto del 2018, no se ha registrado ningún caso en la capital, Kinshasa, que está a dos horas de avión de los principales focos de la infección. Hasta ahora, la enfermedad había sido controlada, pero la aparición de casos en una ciudad como Goma refuerza la amenaza de una propagación de la epidemia que ya es responsable de la muerte de 1.803 personas, según las cifras publicadas el miércoles por las autoridades.