La desescalada se acelera en Inglaterra. Las nuevas medidas anunciadas por Boris Johnson en el Parlamento ayer suponen casi el fin del confinamiento para los ingleses (Escocia, Gales e Irlanda del Norte van a su ritmo). A partir del 4 de julio se reducirá la distancia social de dos metros, a un metro. La medida, obligatoria ahora, pasará a ser una «recomendación», al igual que el uso de mascarilla en lugares públicos cerrados. Johnson confía, «en el sentido común de los británico».

Los ingleses podrán disfrutar de restaurantes y pubs, un anuncio que fue recibido con el grito de «¡Aleluya!» por parte de un diputado. En esos locales se podría pedir a los clientes que se registren, para que, en caso de dar positivo, puedan ser localizados. También retorna el turimso.