El análisis de los biomarcadores ha cambiado la forma de tratar el cáncer, ha permitido personalizar la forma de abordar cada tumor y ha mejorado la supervivencia de la enfermedad, especialmente en el caso del cáncer de pulmón, una patología que sigue causando 21.000 muertes cada año en España. Los biomarcadores son moléculas que se pueden encontrar en las células tumorales y que permiten identificar subtipos de cáncer e individualizar su tratamiento, una herramienta que se ha demostrado especialmente útil en el cáncer de pulmón, según explicó ayer el representante de la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP), Federico Rojo. «El diagnóstico de cáncer de pulmón ha cambiado en los últimos 10 años gracias a la multitud de biomarcadores que determinan qué fármacos pueden emplearse en cada paciente concreto», subrayó Rojo, que habla de «medicina de precisión». Rojo explicó que estas moléculas permiten desentrañar las alteraciones que existen en los tumores, conocer su ADN, su evolución y pronóstico, lo que aporta información sobre cómo tratar al paciente y permite a los médicos tomar decisiones terapéuticas. Todo ello es importante porque existe una nueva generación de fármacos dirigidos contra alteraciones concretas dentro del tumor -como la inmunoterapia- y para seleccionar a los pacientes idóneos, es necesario conocer los biomarcadores.