Bernardo Montoya, asesino confeso de la profesora zamorana Laura Luelmo, ha cambiado ahora la versión en una nueva confesión ante los funcionarios de la prisión y ha acusado a una exnovia de shaber acabado con la vida de la joven. "Decidí autoinculparme para librar a mi exnovia de la cárcel. Yo ya estoy acostumbrado a esta vida. Pero no me voy a comer el marrón de Josefa", ha relatado según el programa de Antena 3 TV 'Espejo Público' ante los trabajadores de la cárcel en la que está aislado.

"Llevaba tres años sin saber nada de Josefa pero se presentó en mi casa y le invité a pasar. Luego salí a preparar un brasero de leña en la calle cuando escuché como se abría una puerta y vi salir a una chica joven y preciosa. Me preguntó por un supermercado cercano y le di las indicaciones", sigue.

Montoya relata que se encontró a Laura Luelmo y a su expareja discutiendo en su casa: "En ese momento Josefa le propina un golpe en la cara con un palo de escoba. Laura cae al suelo y grita pidiendo ayuda. Yo acabo de salir de la cárcel y no quiero más líos, así que la maniato y la llevo al dormitorio, cuando vuelve a aparecer Josefa y es ella quien la mata con un martillo. Acordamos transportarla en mi coche y fui yo quien la saqué del maletero mientras Josefa esperaba en el coche".

El cuerpo de Laura Luelmo fue hallado el lunes 17 de diciembre junto a una carretera, boca abajo y semidesnudo en la localidad onubense de El Campillo. Bernardo Montoya, que confesó su asesinato, declaró también que no pudo violarla. La autopsia desmintió entonces a su asesino y reveló que sí la violó.