Más vale tarde que nunca. Con esa idea de fondo, y casi un año después de que se presentase la propuesta, el Gobierno alemán aprobó ayer un proyecto de ley para anular las condenas que persiguieron y castigaron a más de 64.000 mujeres y hombres por su condición de homosexuales entre 1949 y 1994. Con esta medida, el Ejecutivo pretende revocar errores del pasado contenidos en el artículo 175 del Código Penal y resarcir los «crímenes cometidos por el Estado», según denunció el ministro de Justicia, Heiko Maas.

Además de la rehabilitación de los homosexuales afectados, el texto también incluye una indemnización económica de hasta 3.000 euros para las víctimas de unas leyes que, en muchos casos, los condenaron a prisión por su orientación sexual. Así, se compensará con 1.500 euros adicionales por cada año que los afectados pasaron recluidos en celdas. En otros casos, el estigma social que pesaba sobre los culpados les llevó al suicidio. «Bajo la perspectiva de hoy, esos juicios fueron una injusticia flagrante, hirieron profundamente la dignidad humana de los condenados. Nunca seremos completamente capaces de eliminar eso, pero queremos rehabilitar a las víctimas», añadió Maas.

Tras meses de negociaciones, la nueva ley excluye de la compensación todos los casos que, según la legislación actual, siguen siendo crímenes, como es el caso de los condenados por mantener relaciones sexuales con menores. Se espera que el proyecto de ley sea aprobado con facilidad en el Bundestag, el Parlamento alemán, gracias a la mayoría holgada del Gobierno y a la postura favorable que muestran los partidos de la oposición.

El artículo 175, que perseguía a los homosexuales, fue aprobado en 1872. Entonces, la sexualidad que se alejaba de la ortodoxia era ilegal, pero los clubs en los que se daba alas a la libre expresión sexual eran tolerados. Con la llegada al poder de los nazis, en 1933, la homosexualidad pasó a ser considerada un crimen, una condición que no se revocó hasta 1969. Tras el desmoronamiento del nacionalsocialismo, la represión se mantuvo a distintos niveles hasta 1994, cuando se derogó la ley. De los 64.000 casos recogidos, unos 50.000 fueron sentenciados hasta 1969.

Con esta medida, el ejecutivo alemán trata de compensar la persecución sufrida por los homosexuales alemanes en la historia reciente del país. En el 2002, el Gobierno -una coalición entre socialdemócratas y verdes- eliminó todas las condenas contra el colectivo LGBT durante la época nazi. Las víctimas de la posguerra quedaron desamparadas y han tenido que esperar 23 años para ver una ley que compense su sufrimiento.

Alemania es vista como referente en la aceptación de la libre sexualidad -aunque aún no ha legalizado el matrimonio gay ni la adopción por parte de parejas gais- y un 95% de su población cree que se debe proteger a la comunidad LGBT. El tardío gesto del Gobierno apunta ahora en esa dirección.