La Fiscalía federal belga está investigando el intercambio de información entre la policía belga y los Mossos d'Esquadra sobre el imán de Ripoll Abdelbaki Es Satty, a quien los musulmanes de la población de Diegem rechazaron para predicar en su mezquita por su incitación a la violencia y al odio.

Fuentes de la Fiscalía federal belga han confirmado a este diario que en el marco de la investigación judicial en curso sobre la presencia de Es Satty en su país, a petición de la Audiencia Nacional española tras los atentados de Barcelona y Cambrils. Es Satty residió de enero a marzo del 2016 en Vilvoorde, donde vive un primo suyo, y buscó trabajo en Diegem.

La comunidad musulmana de Diegem, una pequeña población del Brabante flamenco que pertenece al municipio de Machelen, cerca de Bruselas, rechazó los servicios de prédica que ofrecía Es Satty, quien aspiraba a ser su imán, porque no les gustó su línea ideológica. "No se ajustaba a las enseñanzas del Profeta, iba más allá en violencia y era más extremo", explicó el presidente de la mezquita, Soliman Akaychouch a la agencia France Presse.

A Es Satty le permitieron dar unos cuantos sermones como prueba para ver si les gustaba su estilo y concluyeron que "no eran las prédicas adecuadas para una comunidad como la de Diegem", añadió. "Nos vino a pedir trabajo como imán. Y cuando le pedimos los documentos para comprobarle (el certificado de penales) se comportó de manera muy sospechosa", señala Akaychouch.

DECLARACIONES DEL MINISTRO

La mezquita rechazó entonces contratarle. "Como responsables de la mezquita le indicamos claramente que no tenía sitio aquí y que debía irse. La comunidad musulmana de Machelen colabora con las autoridades competentes para favorecer la convivencia", explica.

Diegem, de donde salieron algunos de los primeros combatientes europeos hacia el Ejército Islámico en Siria, ha vivido una transformación importante aplacando la radicalización a base de implicar a la comunidad musulmana en el control del discurso del odio.

El ministro belga del Interior, Jan Jambon, ha afirmado que "ha habido contactos" entre la policía belga y sus homólogos españoles sobre Es Satty, a partir del episodio que despertó las sospechas de las autoridades locales.

Según Jambon, las autoridades españolas "no habían tenido noticia de ninguna práctica incitando al odio o al reclutamiento por parte de Es Satty en Bélgica" y no estaba "señalado por terrorismo".