Los gobiernos británico y balear mostraron ayer su total disposición a seguir trabajando juntos para promover la seguridad de los turistas británicos y evitar, en la medida de sus posibilidades, el balconing o la muerte de jóvenes que caen al vacío en hoteles tras haber bebido en exceso. La presidenta de Baleares, Francina Armengol, mantuvo un encuentro en Palma con el embajador del Reino Unido en España, Simon Manley, en el que analizaron, entre otros asuntos, esta problemática que esta temporada turística ha supuesto la muerte de cuatro jóvenes.

Manley agradeció la «colaboración buenísima» de Armengol y el Govern balear con el Ejecutivo británico para afrontar este asunto y otros temas que afectan a los miles de residentes británicos en el archipiélago y a los cuatro millones de turistas que cada año pasan sus vacaciones en las islas. El objetivo es «asegurar el éxito de las vacaciones y de la vida» de los británicos que residen en Baleares, explicó el embajador a los periodistas.

El representante de Gran Bretaña en España apuesta por continuar las campañas entre los jóvenes británicos para evitar conductas que pueden poner en riesgo sus vidas y por la mejora de la seguridad en los hoteles.