Este año morirán 26.200 personas a causa de infecciones provocadas por bacterias multirresistentes (BMR), es decir, que no responden a los antibióticos, en España, un país que es líder mundial en el consumo de estos fármacos «sin ninguna causa epidemiológica que lo justifique».

El dato es una estimación que avanzó ayer el presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), José Miguel Cisneros, y que forma parte de la segunda edición del registro de pacientes afectados por estas bacterias, unos microorganismos «que suponen una amenaza para la salud pública mundial». Y lo hizo en la rueda de prensa de presentación del congreso nacional, que se celebra en Madrid hasta el próximo 23 de mayo, y en la que explicó que los datos son fruto de un estudio realizado en marzo y en el que han participado un total de 133 hospitales.

Si la semana en la que tuvo lugar el estudio se repitiera a lo largo del año, las estimaciones suponen que 221.958 pacientes sufrirán una infección por BMR en 2019 y de ellos, morirán 26.271 en los días siguientes al diagnóstico, lo que confirma la importancia de «este problema extraordinario». En este sentido, Cisneros aseguró que los datos no son «ninguna sorpresa» porque España está «a la cabeza del mundo» del consumo de antibióticos «sin ninguna causa epidemiológica que lo justifique» y «a la cabeza de Europa en infecciones por bacterias multirresistentes», con lo que, insistió el experto, «los datos han cuantificado la magnitud del problema».

Este y otros datos se presentarán hoy de forma detallada durante una de las mesas redondas del congreso de la Seimc, tal y como indicó Cisneros, quien señaló que España cuenta con una herramienta para abordar este problema, como el Plan Nacional a la Resistencia de los Antibióticos, que «es bueno» pero «carece de financiación».

Para el presidente de la Seimc, «todos hemos contribuido» a que exista este problema: por un lado, los profesionales, que han recetado antibióticos «de forma inadecuada»; por otro, los ciudadanos que no cumplen con las indicaciones médicas en cuanto a la dosificación y duración de estos medicamentos; y también las autoridades sanitarias por no dotar el plan de resistencia de recursos.

HIGIENE DE MANOS / «Hace falta una financiación específica», abundó Cisneros, quien entre las recomendaciones contra estas bacterias multirresistentes se encuentra algo tan simple como una buena higiene de manos. Sobre este punto, apeló a la «responsabilidad social» de la ciudadanía para contribuir a que el problema sea menor. «Si hacen mal una higiene de manos, si no se vacunan cuando está indicado, si no toman los antibióticos como se los han prescrito, están contribuyendo a que las bacterias que llevan en su intestino se hagan resistentes y trasmitirlas por un apretón de manos o una caricia a la familia o a los amigos», sentenció Cisneros.

Entre las infecciones incluidas en el registro provocadas por las BMR se encuentran, entre otras, las urinarias, la neumonía, las de piel y partes blandas, o también del sistema nervioso central, como la meningitis.