Las preocupaciones surgen cuando sentimos que algo en nuestra vida escapa de nuestro control o no está como a nosotros nos gustaría. Aparece entonces un pensamiento en nuestra cabeza de forma recurrente y circular, sin que esto haga que encontremos la solución. De hecho, lejos de ayudarnos, comienza a bloquearnos y a hacer que sintamos ansiedad.

Si logramos parar los pensamientos y las preocupaciones podremos empezar a generar alternativas y reducir los síntomas de ansiedad. Esto creará nuevas herramientas de seguridad y de afrontamiento de la realidad.

ELIMINA LAS PREOCUPACIONES

Las preocupaciones son una respuesta cognitiva ante la alteración emocional que provoca el entorno cuando surge un problema o queremos alcanzar un objetivo que parece no poder lograrse. Son unos procesos de carácter repetitivo y que genera una alta activación fisiológica. Se asocia a emociones de ira, tristeza o, incluso, miedo.

Este esquema de pensamiento se va desarrollando a lo largo de nuestra vida. Se consolida de forma que parece ayudarnos a resolver problemas. En un principio parece que así es, pero cuando es en exceso nos bloquea.

Por lo tanto, las preocupaciones son únicamente un sistema de respuesta que se activa cuando aparecen emociones negativas ante eventos externos a nosotros mismos. Si generamos un patrón alternativo, podremos ir reduciendo el pensamiento circular.

1. Exprésate

Acumular las emociones dentro de nosotros hace que aumenten significativamente y acaben desbordándose. Por eso, cuando haya un sentimiento negativo, debemos buscar la forma de exteriorizarlo. Así, se canalizará y podrá ir digiriéndose.

2. Actividad física

El deporte de forma regular tiene efecto sobre nuestro sistema hormonal. Nos ayuda a encontrarnos mejor y, además, impacta positivamente en la autoestima y la confianza en uno mismo.

3. Acepta y suelta

Existe un número de cosas sobre la que tenemos control en nuestra vida. Podemos atajarlas y hacer que terminen o mejoren. Sin embargo, hay otras sobre las que no tenemos poder. Es aquí donde se debe trabajar la aceptación para soltarlo y dejarlo ir.

4. Nada permanece

Este exceso de pensamiento puede deberse a que no asumimos que las cosas cambian y que nunca acaban permaneciendo siempre iguales. Ver que nada permanece nos ayuda a poder aceptar mejor la adversidad y superarla.

5. Respira

La respiración diafragmática es una de las técnicas más usadas por los psicólogos. Tiene un efecto inmediato sobre la activación, reduciéndola e induciendo un estado de relajación en el cuerpo. Funciona muy bien en crisis de ansiedad, pero también ayuda a calmar la mente.

6. Exceso de análisis

El análisis siempre nos debe llevar a la generación de soluciones. Pero cuando es sin sentido y en exceso conduce directamente a la preocupación y la ansiedad. Por eso, dedica tiempo únicamente a analizar la búsqueda de alternativas de forma proactiva cuando sea el momento.

7. Hora de preocuparse

Dedica unos minutos concretos al día al pensamiento circular y a las preocupaciones. Conviértelo en rutina y haz que sea siempre a la misma hora. Este momento será el único del día en el que puedas bombardearte.

8. Oxigénate

Busca salir del bucle de forma física. La naturaleza es una buena opción, como con un paseo por el parque o una excursión al campo. Pero también te ayudará dedicar tiempo al ocio familiar o a la vida social.

9. Sé asertivo

Saber decir no, escuchar a nuestras necesidades y no ceder ante los demás hace que reduzcamos de forma directa un alto porcentaje de las preocupaciones diarias. Debes trabajar la asertividad y pensar más en ti mismo.

El exceso de preocupaciones conlleva al aumento significativo del estrés y la ansiedad. Puede generar también síntomas depresivos. Sin embargo, podemos invertir el patrón y reducir los pensamientos negativos, generando alternativas y ganando en bienestar.