Las relaciones de pareja y los matrimonios pasan por diferentes etapas y ciclos en los que la confianza o la comunicación va variando. También se ve influido el sexo, tanto en su calidad como en su cantidad. La falta de apetito o de deseo sexual afecta tanto a hombres como a mujeres de todas las edades y se debe tanto a factores externos como internos a la pareja.

El sexo es parte importante de la vida de cualquier persona. En las parejas sirve para comunicar, disfrutar o relacionarse y potenciar el vínculo. El apetito sexual determina el acercamiento entre los dos miembros y puede verse disminuido en algún momento. No implica que se haya acabado el amor o que el otro no te excite, simplemente es una fase transitoria que puede acabar si se sabe buscar la forma.

REAVIVAR LA MAGIA

Tanto el estrés, como la rutina diaria o los problemas externos pueden generar falta de deseo en las relaciones sexuales. Esto hace que la frecuencia disminuya y los encuentros que existan tengan menos intensidad. El paso del tiempo y terminada la primera fase de pasión o de enamoramiento también afectan al sexo. Una fase normal que puede ser vivida con malestar entre los miembros, especialmente en esos momentos donde es unilateral.

Ante la falta de deseo en la pareja, debemos preguntarnos en primer lugar si es algo puntual o si se debe a que haya problemas detrás, donde las relaciones son solo el síntoma de que algo está yendo mal. Descartado esto es cuando tenemos que normalizar la situación y buscar la forma de reavivar la magia.

A través de las siguientes pautas podemos combatir la falta de deseo en la pareja:

1. Comunicación

El primer paso es hablar de ello. Debemos tener claro si la causa es la rutina o que las relaciones que han existido hasta la fecha han podido fallar. Saber qué estimula al otro, expresar nuestras necesidades o sentirnos en confianza de hablar de ello parte de establecer una buena comunicación fuera de la cama.

2. Mitos

El sexo lleva arrastrando durante generaciones determinados mitos, como que lo importante es el orgasmo del hombre o que las mujeres tienen que fingir. Dichos mitos parten de la falta de educación sexual y de la industria del porno. Informarse sobre ello, asistir a charlas o hablar con el otro nos ayudará a abolirlos y tener relaciones más plenas y que generen confianza y seguridad.

3. Espacio

Ante la falta de deseo sexual, paradójicamente, lo mejor es no practicarlo. Las relaciones deben acotarse a aquellos momentos donde a los dos les apetezca, donde uno no deba hacerlo por complacer al otro. Son experiencias donde ambos miembros tienen que tener ganas, sin forzar la situación.

4. Crea el ambiente

El sexo en los primeros momentos se realiza en casi cualquier lugar, ya que las ganas nos llevan a ello. Con el paso del tiempo intentamos mantener la frecuencia y acabamos teniendo relaciones en las que los dos nos vemos comprometidos a seguir el ritmo. Esto crea encuentros aburridos y monótonos, donde la ausencia de disfrute alimentará la falta de deseo. Para combatirlo, debemos ser conscientes de que la relación ha evolucionado y también debe hacerlo la frecuencia y los momentos. Partiendo de la comunicación y de las fantasías previas, buscaremos momentos que puedan despertar el deseo del otro. Lugares determinados o un juego de roles son perfectos para esta ocasión.

5. Tolerancia a la frustración

Los problemas que arrastramos durante meses no se solucionan de la noche a la mañana ni en línea recta. Implica fallar más veces, que se vaya hacia atrás momentáneamente y que nos frustremos. Ser conscientes de ello nos permitirá sentir las emociones negativas correspondientes pero no anclarnos a ellas.

La falta de deseo en la pareja es un problema que puede afectar a cualquier relación, independientemente del tiempo que lleven juntos o de las situaciones externas. Se combate hablando, expresando y buscando encuentros que de verdad estén pensados para que los dos disfruten. Es un problema que puede solucionarse si los dos hablan y ponen de su parte.