Un hombre que se había atrincherado en casa de su expareja en la localidad de Cangas (Pontevedra) falleció en la madrugada del lunes a consecuencia de las heridas que sufrió tras dispararse en un hombro con una escopeta de caza. El fallecido tenía una orden de alejamiento reciente vinculada a un delito de violencia de género.

Según ha informado la Guardia Civil, a última hora de la tarde de este domingo una mujer acudió a su vivienda y encontró una puerta forzada, por lo que, ante la sospecha de que alguien pudiera haber entrado a robar, decidió abandonar el domicilio y refugiarse en el cuartelillo de la Benemérita, donde había acudido para avisar a los agentes.

Una vez en el lugar, sobre las 21.30 horas, la Guardia Civil comprobó que dentro del domicilio había un varón con una escopeta de caza, por lo que le requirieron que soltase el arma, si bien, en lugar de deponer su actitud, el hombre efectuó un disparo sin causar ninguna lesión a los agentes que se habían desplazado al lugar de los hechos. Entre tanto, efectivos de Policía Local y de Protección Civil acordonaron el perímetro de la vivienda para crear una zona de seguridad alrededor de la casa, ubicada en la avenida de Lugo de Cangas.

FALLECIDO EN EL HOSPITAL / Poco después, el hombre intentó suicidarse pegándose un disparo en el hombro izquierdo, por lo que fue evacuado inmediatamente en una ambulancia hasta el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, donde los equipos sanitarios no pudieron hacer nada para salvarle la vida, ya que murió sobre las 2.30 horas de la madrugada de este lunes a causa de las heridas del disparo.

La Guardia Civil ha informado de que al hombre le constaba en vigor una orden de alejamiento de su expareja emitida el pasado viernes, día 26 de abril, después de que tuviesen «un incidente» por el que él fue detenido como presunto autor de un delito de violencia de género.

Por otra parte, el Juzgado de lo Penal 3 de Huelva ha condenado a un vecino de Huelva a seis años y medio de cárcel por maltratar habitualmente a su pareja psíquicamente, a la que denigró, humilló, insultó, controló y agredió e incluso llegó a quebrantar una orden de alejamiento impuesta tras una denunciar de la mujer. El juez lo considera responsable de un delito de violencia habitual, cuatro delitos de lesiones en el ámbito familiar y un delito de quebrantamiento.