Un equipo científico con participación de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto un archipiélago volcánico sumergido bajo las aguas del Mar de Alborán, entre el Cabo de Gata (Almería), en la costa ibérica, y el Cabo de Tres Forcas (Melilla), en la costa africana.

El trabajo, publicado en la revista Scientific Reports, muestra que este archipiélago sirvió de puente entre África y Europa para las migraciones de diversas especies animales.

Además, estas islas actuaron como una barrera entre el Atlántico y el Mediterráneo, restringiendo el intercambio de agua y desembocando en la conocida Crisis de Salinidad del Mediterráneo, cuando el Mare Nostrum sufrió una gran desecación, hace entre cinco y seis millones de años.

El trabajo describe la estructura profunda de un arco volcánico, ahora completamente sumergido, que en el pasado formó un archipiélago y conectaba la costa africana con la costa ibérica.

Hace unos diez millones de años, el arco creció por la actividad volcánica y emergió hasta formar un archipiélago entre la costa de lo que hoy es Melilla y Almería.

El archipiélago perduró hasta hace unos seis millones de años, cuando el vulcanismo cesó y el enfriamiento de la corteza en la región produjo el hundimiento progresivo de las islas. Sin embargo, grandes islas perduraron en el Mar de Alborán oriental hasta el Pleistoceno Inferior, hace 1,8 millones de años.

RIQUEZA BIOLÓGICA / «El archipiélago contribuyó a la gran riqueza biológica del Mediterráneo occidental, al crear islas en las que se pudieron diferenciar nuevas especies faunísticas. Además, sirvió temporalmente como puente terrestre para el intercambio de especies entre Iberia y África», ha explicado el investigador César Ranero, del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, y coautor del estudio junto a Guillermo Booth-Rea, autor principal e investigador del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (CSIC y Universidad de Granada), e Ingo Grevemeye, del centro Geomar de Kiel (Alemania).