El verde para los alimentos más saludables y el rojo para los que contengan más grasas, azúcares o sal. Así hasta cinco colores, con sus correspondientes letras de la A a la E avisarán al consumidor de cuáles de los productos que va a comprar son más o menos sanos, con el objetivo de reducir la elevada obesidad que hay en España. El nuevo código, más claro que los actuales y complejos etiquetados, estará en los supermercados españoles en unos meses, según anunció ayer la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo.

Y es que las próximas semanas se creará un grupo de trabajo con la industria alimentaria, con la mente puesta en que el Gobierno apruebe un real decreto a medio plazo que adopte el etiquetado nutricional NutriScore, que ya se está implantando en Francia y que otorga a cada alimento un color en función de su contenido en azúcares, grasas saturadas, sal, calorías, fibra y proteínas. La propia ministra admitió, en una entrega de premios sobre nutrición y prevención de la obesidad, que el actual etiquetado «resulta complejo de entender» y por eso defendió el modelo NutriScore, frente a otras informaciones «que no cumplen los objetivos de promover la elección más saludable e incluso pueden ser confusos para el consumidor».

De hecho la semana pasada cinco grandes multinacionales -Coca-Cola, Mondelez, Nestlé, Pepsico y Unilever, presentaron su propio etiquetado, también conformado por colores, pero que nutricionistas y asociaciones de consumidores criticaron porque la etiqueta verde o roja depende de las porciones de consumo y no de una medida estándar, como son los 100 gramos. El sistema francés utiliza, en cambio, esta última medida. Además la farmacéutica y experta en industria agroalimentaria, Gemma del Caño, avisa de que las cinco empresas clasifican los productos en función de los nutrientes por separado, de forma que una bebida gaseosa con cero azúcares pudiera ser clasificada como alimento saludable, cuando no lo es. Frente a ello, el NutriScore «valora el producto globalmente», por lo que en su opinión no es el «mejor sistema del mundo» pero puede ayudar al consumidor a orientarse cuando hace la compra de forma «muy visual».

APOYO total / También el Consejo General de Dietistas-Nutricionistas apoya el etiquetado propuesto por Sanidad aunque lamenta que se haya optado por el NutriScore sin esperar a que la Comisión Europea tome una decisión al respeto a finales de este año. El nuevo etiquetado no será la única medida del Ministerio de Sanidad para combatir la obesidad, que afecta casi a una cuarta parte de la población. La ministra quiere también limitar la publicidad de alimentos para niños con perfiles nutricionales menos saludables. Para ello se impulsará que la propia industria alimentaria se autorregule a través del Código PAOS. Si bien, si no lo hace, el Ejecutivo está dispuesto a aplicar un modelo más restrictivo y vinculante.

ALERTA EN LOS COLEGIOS /Asimismo, se impedirá la venta de alimentos y bebidas poco saludables en colegios, hospitales y universidades, mediante el desarrollo de la ley 17/2011 de seguridad alimentaria. Así, se va a aprobar un protocolo para que las contrataciones públicas de menús o catering para comedores o cafeterías tengan criterios de calidad nutricional.

«Es necesario que las administraciones sanitarias, los hospitales y los espacios públicos se conviertan en centros promotores de salud y sean ejemplares en la oferta de productos en sus instalaciones», señaló Carcedo. Por último, la ministra avanzó que el Ejecutivo estudia gravar las bebidas azucaradas y apoya el plan de colaboración para la mejora de los alimento 2020, que contempla la reducción en una media del 10% de azúcares añadidos, sal y grasas saturadas.