El Instituto de Política Familiar (IPF) alertó ayer del «desplome» de matrimonios y nacimientos en la Unión Europea que está provocando un «invierno demográfico sin precedentes» y llamó a tomar medidas «urgentes» de protección a la familia y en favor de la natalidad.

Coincidiendo con el Día Internacional de la Familia, el organismo civil independiente presentó en el Parlamento Europeo, a través de la vicepresidenta de la Federación Internacional del IPF, Lola Velarde, el Informe de Evolución de la Familia en Europa 2018. El estudio señala que en la Europa actual hay 1,3 millones de matrimonios menos que en 1975, lo que representa una pérdida del 37% a pesar de que la población total ha aumentado en 60 millones en los últimos cuarenta años.

La tasa de nupcialidad (número de matrimonios por cada 1.000 habitantes) se ha desplomado, pasando del 7,7 en 1975 hasta el 4,20 en 2015, mientras que en otros lugares del mundo, como Estados Unidos y China, superan el 6 y el 9, respectivamente. Asimismo, el número de rupturas matrimoniales se ha incrementado en las últimas cuatro décadas en 325.000 y a pesar de que el número de matrimonios ha descendido durante estos años en casi más de 1,3 millones.

España es el país donde más ha crecido el número de divorcios, según el informe, que asegura que en Europa se da una ruptura matrimonial cada 33 segundos.

Respecto a los nacimientos, señalan que la natalidad está en una «situación crítica», pues nacen 1,5 millones de niños menos que en 1975.

El índice de fecundidad es del 1,6 hijos en los veintiocho países de la UE, lo que califican de «situación crítica» al no llegar al umbral mínimo para garantizar la repoblación. En España e Italia se dan además las tasas más bajas de la UE, con 1,3.

El IPF apunta que cuatro de cada diez niños nacen fuera del matrimonio y que las europeas postergan la maternidad cada vez más, superando ya de media los 30 años para su primer hijo. Entre otras consecuencias del déficit de natalidad, señala el estudio, están «la reducción de la población, la disminución de ingresos para la seguridad social, el riesgo consiguiente de quiebra del sistema de prestaciones, así como la caída del número de centros educativos, universitarios y de profesorado». Asimismo, concluyen que la población europea está cada vez más envejecida. El número de mayores de 65 años ya supera al de menores de 18 y depende para su incremento de la inmigración. Velarde estuvo acompañada en la presentación del informe en la Eurocámara por la eurodiputada eslovaca Anna Zaborska, y el presidente de la asociación de familias católicas de Europa, Antoine Renard,