Varios grupos de víctimas de los abusos cometidos por el clero en Irlanda organizaron ayer protestas en Dublín. Una de ellas fue organizada por la irlandesa Margaret McGuckin, superviviente de los abusos cometidos por religiosas en el internado Casa de Nazaret e impulsora de uno de los órganos estatales de investigación de casos históricos de abusos. «El papa tiene ahora que dar la cara y hacer algo por las víctimas. Necesitamos que se concedan compensaciones, necesitamos que la Iglesia se responsabilice», declaró McGuckin. Ese proceso debe contemplar también acciones para «llevar ante los tribunales» a los «obispos, sacerdotes, monjas y cualquier otra persona» implicada en «el abuso de menores o en el ocultamiento de los abusos», subrayó la activista. Otro grupo de manifestantes desplegó pancartas reivindicativas en la céntrica Dame Street, en la ruta por la que el papamóvil recorrería Dublín ante 100.000 personas. Entre ese colectivo estaba Peter Saunders, víctima de abusos «Las palabras son muy bonitas, pero queremos ver acciones». concluyó. EFE