La temperatura superficial del agua en el Mediterráneo ha llegado casi a los 30 grados, mientras que en el Cantábrico se han registrado cerca de 25, lo que supone entre 3 y 4 grados por encima del promedio para esta época, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

"Cada vez es más frecuente que el agua del mar esté más cálida de lo normal", explica AEMET, con unos datos que "corresponden a mediciones del agua superficial realizadas por satélites".

Rubén del Campo, portavoz de AEMET, señala que "el origen de este calentamiento estaría motivado por la reciente ola de calor registrada en la Península Ibérica, asociada a una fuerte insolación y estabilidad atmosférica".

La temperatura del agua del mar suela alcanzar sus valores máximos a mediados de agosto, si bien "cada vez es más frecuente que la capa más superficial del agua del mar esté más cálida de lo normal".

Por otra parte, rebaten la "creencia popular" de que una temperatura anormalmente alta del agua del mar desemboque necesariamente en episodios de lluvias torrenciales y ponen como ejemplo el caso de la Comunidad Valenciana en 2017 con temperaturas de sus aguas cercanas a los 30 grados en verano y un otoño extremadamente seco.

Recuerdan además que el Quinto Informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU advierte de que los océanos están absorbiendo la mayor parte de la energía suplementaria que se está incorporando al sistema climático.