El exprofesor de los Maristas de Sants de Barcelona Joaquín Benítez reconoció ayer que abusó sexualmente de dos de los cuatro alumnos por los que es juzgado y admitió que «no tenía miedo» porque se sentía «amparado por los Maristas», que ya le encubrieron en 1986. «Entonces no tenía miedo por este motivo: si yo hice una cosa en su día y como estoy o me siento amparado por los Maristas y era un acto condicionado, un impulso esporádico, bueno pues... (me dije) por qué no», sostuvo frente al tribunal de la sección 21 de la Audiencia de Barcelona, que lo juzga desde el pasado lunes. Benítez, que sólo respondió a las preguntas de su abogado, aseguró que la escuela religiosa de los Maristas tuvo conocimiento de uno de sus «impulsos» en 1986 y, aunque la dirección lo amenazó con penalizarlo suspendiéndole el sueldo durante tres meses, «eso nunca ocurrió».

El acusado explicó que en mayo de 1986 abusó de un menor, tras lo cual el padre se quejó ante el director del colegio, que lo citó a una reunión entre las tres partes implicadas. «Yo fui convencido de que me llevarían para esposarme, pero no fue así», continuó antes de señalar que, tras el verano, le «advirtieron de que no podría volver a pasar».

Los Maristas han negado que conocieran ni ampararan las «conductas inapropiadas» del exprofesor de Educación Física. En un comunicado, la institución ha calificado estas afirmaciones de «difamación» y ha insistido en que «ningún director ni ningún responsable del colegio Maristas Sants-Les Corts ni de la Institución Marista recibió ninguna queja sobre conductas impropias relacionadas con Joaquín Benítez». «El primer caso del que tuvimos constancia, en 2011, fue denunciado a la Fiscalía de Menores», reitera la congregación, que ha recibido el apoyo de las familias, que han avalado “la excelencia” del profesorado y de sus responsables.