El 75 % de los mayores de 65 años no ha hecho testamento vital por temor a hablar de la muerte, un 18% no tiene testamento legal ni prevé hacerlo y 7 de cada 10 desea envejecer en casa con la ayuda de un cuidador. Así se desprende de un estudio realizado en base a encuestas o entrevistas a 732 mayores que se presentó ayer en Barcelona, con motivo de la inauguración del Salón FiraGran.

La socióloga y responsable del proyecto, Sonia Díaz, aseguró que la gente mayor asocia el testamento vital a un proceso de enfermedad o incluso un proceso de muerte y considera que, estando sanos, no les corresponde hacerlo, aunque explicó que el estudio refleja que las mujeres son un poco más previsoras en este ámbito.

En cuanto al testamento legal, el estudio, titulado La planificación de la gente mayor sobre el final de la vida, revela que ocho de cada diez mayores ya tiene hecho su testamento o tiene previsto hacerlo. «Todo el mundo sabe lo que es un testamento legal y poco o mucho llega un punto en que todos nos planteamos hacerlo», señaló Díaz, que destacó que este documento, junto al trámite de dejar preparado el funeral, es uno de los «más socializados». A pesar de ser uno de los documentos de planificación de vida más conocidos, solo un 36% de los ancianos encuestados ha planeado su funeral. De los mayores participantes que no tienen previsto hacer el testamento vital, legal o la planificación del funeral, un 72% asegura que el motivo es que no les gusta pensar en estas cosas, mientras que un 15% considera que sus hijos se encargarán de los trámites relacionados con la defunción.

Otro de los aspectos que remarcan los resultados del estudio es que mayoritariamente los encuestados prefieren envejecer en su casa, ya sea con ayuda de un cuidador o con otro tipo de asistencia, como el sistema de cohousing, que consiste en compartir casa con amigos. Solo el 1 % de los mayores participantes, en su mayoría pensionistas, muestra su preferencia por vivir en casa con sus hijos, lo que la socióloga Sonia Díaz valora como «lógico», ya que «no es su casa, es el hogar de otra persona».