La Audiencia de Barcelona ha condenado a 55 años y siete meses de de prisión a José Manuel Reyes Gómez, un empleado de un geriátrico de Arenys de Mar, por diversas agresiones sexuales y lesiones a nueves mujeres ingresadas en el centro. El tribunal también le impone la inhabilitación especial para cualquier profesión relacionada con el ámbito sanitario en un plazo de 15 años y la prohibición de acercarse o comunicarse con las víctimas. La aseguradora de la residencia deberá pagar una indemnización de 100.000 euros a las afectadas, aunque la Generalitat ha sido condenada como responsable civil subsidiaria. La sentencia, que puede ser recurrida, fija el tiempo máximo de prisión en 20 años.

El fallo sostiene que, el 24 de agosto del 2015, el acusado acudió a la residencia de ancianos donde trabajaba tras haber ingerido una «cantidad no determinada» de alcohol, cocaína y anfetaminas, cuya influencia supuso «una leve afectación de sus facultades cognitivas y volitivas». De ahí que se le aplique el atenuante de intoxicación etílica y droga.

POR LA NOCHE / En tal estado y durante la noche, Reyes Gómez, incide la resolución, golpeó a varias mujeres de edad avanzada, una de ellas de 104 años, cuando estaban en su habitación. Todas ellas estaban delicadas de salud y algunas necesitaban ayuda de terceras personas para realizar las tareas básicas. A dos de las víctimas las violó, con otras intentó mantener relaciones sexuales y a varias les realizó tocamientos.

En uno de los casos se atribuye al imputado un delito de homicidio con imprudencia, ya que una de las mujeres violadas, que tenía 84 años, falleció meses después por los golpes que le propinó el acusado. La causa directa de la muerte fue un infarto de miocardio, pero, según los jueces, existe una relación indirecta con el traumatismo craneal y su consiguiente hematoma intracraneal que «favoreció el desequilibrio de sus sistemas orgánicos, ya precarios». Las lesiones le causaron la alteración de la función cardiorrespiratoria.