La Policía Nacional ha asestado un golpe pionero a una organización criminal dedicada a montar peleas de perros a vida o muerte empleando un gran crueldad con los animales, en una macrooperación que se ha saldado con la detención de 34 personas y se ha logrado salvar a 230 canes. Fue el pasado fin de semana cuando un amplio despliegue policial dio por desmantelada esta organización en una finca aislada del municipio tinerfeño de Güímar, donde los agentes irrumpieron en uno de los combates del campeonato nacional que celebraba esta red. Seis meses de trabajo y de ir «a rebufo» de estos criminales que, con grandes medidas de seguridad y total secretismo, vivían desde hace muchos años (la Policía apunta incluso más de 20) de usar a perros potencialmente peligrosos -desde ejemplares de razas de American Stanford hasta Pitbull- como «gladiadores» de combate.«Hay escenas que pueden herir la sensibilidad, el trato a los animales era incomprensiblemente cruel», dicho en palabras del comisario jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía, Héctor Moreno, quien, junto a otros responsables policiales, dio ayer detalles de esta «importante» operación, en la que se han practicado detenciones, además de en Tenerife, en Madrid, Alicante y Murcia. Una llamada en septiembre de una asociación de protección canina sirvió de revulsivo a los investigadores para tirar del hilo de esta organización, cuyos integrantes tenían roles muy definidos.