Quien haya estado en Andalucía en Semana Santa sabe de primera mano que se vive con un sentir diferente al del resto de España, pero si además ha elegido Málaga como destino, ha podido comprobar que la Semana de Pasión de la capital tiene identidad propia. Hay que recordar que en Málaga a los pasos se les llama tronos y que no son costaleros, sino hombres de trono quienes a la vista y en varales portan a los titulares (imágenes).

Lo que algunos desconocen es que a los pies de las imágenes, en el corazón del cajillo -estructura inferior del trono-, grupos de hombres meten el hombro y además comparten durante el año la labor solidaria de las cofradías. Conocidos popularmente como submarinos, muchos de estos grupos han ido surgiendo en las diferentes hermandades malagueñas en los últimos años y algunos de ellos han adquirido una identidad propia ligada a su historia y a la tradición.

Es el caso de La Galera de Nuestra Señora de la Soledad Coronada de la Congregación de Mena, con una gran vinculación marinera, La Fragua de María Santísima de la O de la Hermandad de la Columna o Las Entrañas de la Virgen de los Dolores Coronada de la Archicofradía de la Expiración.

Sin embargo, fue hace 25 años cuando un grupo de cofrades revolucionó el mundo del hombre de trono y se introdujo por primera vez bajo uno de ellos, el de María Santísima de la Esperanza, del que su cabeza más visible es, desde hace años, el actor Antonio Banderas. Cuarenta hombres para los que la fe va más allá de una salida procesional y que a lo largo del año no sólo mantienen su actividad cofrade, sino que realizan importantes acciones benéficas que trascienden la propia labor social que lleva a cabo la archicofradía a la que pertenecen.

José Miguel Navas, jefe de la mesa del trono de María Santísima de la Esperanza durante casi 20 años, explica que el germen del submarino tiene su base en «la amistad entre sus miembros», una relación que sin ser de sangre, es fraternal, y con la que intentan contagiar cualquiera de los proyectos en los que se involucran. En esta etapa han organizado cuatro verbenas benéficas con las que han recaudado más de 150.000 euros para obra social, en colaboración con organizaciones internacionales como Manos Unidas, pero también a nivel local, con comedores sociales. Antonio Banderas, fiel a la tradición, acudió ayer a su cita en la Semana Santa de Málaga y reivindicó como «esencial» volver a sus orígenes. El actor llegó a la iglesia de San Juan una hora antes de la hora programada para el comienzo de la procesión y dijo que para él es necesario volver a sus raíces, ya que está «dando tumbos por el mundo continuamente».

En el caso de La Galera de la Soledad de Mena, sus 38 miembros no solo sacan los remos cada Jueves Santo para que el galeón de la Virgen navegue por las calles malagueñas. También se esfuerzan cada día para ayudar a quienes más lo necesitan.

«Lo que recaudamos va para la obra social de la congregación, pero habitualmente organizamos recogidas de juguetes en Navidad, hacemos camisetas para ayudar a las Hermanitas de la Cruz y vendemos lotería con la fecha de la Coronación Canónica de la Virgen, el 11 de junio de 2016», detalla Sergio Carnero, patrón de La Galera durante 17 años. Junto a ellos, muchos otros meten el hombro y viven su día grande de la Semana de Pasión con la satisfacción del trabajo bien hecho, sin alardes, desde el anonimato. Porque ellos son la cara oculta de la Semana Santa, la que el público no ve pero que existe, la que no habla pero siente y en la que eso de «ama al prójimo como a ti mismo» es filosofía de vida.