El Rescatado había adelantado su horario de salida este año, pero esa media hora que se dio ayer para dejar que la borrasca Hugo terminara de pasar y un ligero retraso extra hicieron que la puerta de la iglesia de los Padres Trinitarios se abriera a las 16.25 horas. Hasta hubo lágrimas cuando el Señor de Córdoba salió al jardín del Alpargate, y más en un año muy especial en el que los cientos de devotos que acompañan al Nazareno Rescatado han tenido que renunciar a acompañarlo directamente detrás. A menos que lo siguieran con el hábito nazareno o detrás de la Virgen de la Amargura, y aún así, en este segundo caso, teniendo que abandonar el cortejo antes de llegar a carrera oficial. A nadie se le ocultaba que había cierto temor a que muchos devotos, a la hora de organizarse el cortejo, no entendieran este cambio, por muy avisado que estuviera. Sin embargo, no se registraron problemas relevantes, informó la Agrupación de Cofradías.

Y momentos entrañables de la jornada, cómo no, muchísimos. Desde la propia salida, porque cuando tocaron ceremonialmente para abrir la puerta, dio la sensación de que la mera presencia del Rescatado abría el cielo de la nubosa tarde e iluminaba El Alpargate. Emocionante la primera chicotá de La Amargura dedicada al compañero Manolín Frías.