El Buen Suceso es otra de las corporaciones que ha apostado por sustituir la música de una agrupación por una banda de cornetas y tambores, en este caso en el misterio y, este año, con la BCT Cristo del Mar. Si la hermandad acertó algo que, como en toda decisión que toma una cofradía, solo le compete a la propia corporación. Pero la impresionante chicotá mientras sonaba una marcha en el Compás de San Francisco, con la voz del capataz, Antonio Jesús Ortega, llamando a los costaleros a «hacer poesía» con su esfuerzo... lo decía todo.

Fue uno de las decenas de momentos grandes de ayer, justo antes de entrar en la calle San Fernando, a la que regresaría después de carrera oficial. Por cierto... gran idea la de instalar vallas elásticas en esta complicada calle que el año pasado se llegó a colapsar paralizando cortejos. La carrera oficial, como la vida, como la propia hermandad del Buen Suceso, se perfecciona, se mejora. Se toca otra música sin renunciar a una misma gran partitura.