La inestabilidad meteorológica se convirtió en la gran protagonista de la madrugada y del Viernes Santo en Montilla.

En la medianoche, el Llanete de la Cruz sirvió de escenario para la salida de la hermandad del Santísimo Cristo de la Misericordia, una talla del artista montillano Francisco Solano Salido que fue izada para ser colocada en su paso junto a María Santísima de la Amargura, una preciosa dolorosa que despierta una enorme devoción en el barrio de la Cruz. Para evitar males mayores, la cofradía decidió recortar su itinerario. Unas horas más tarde hizo su salida desde San Agustín la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores. Jesús Rescatado abrió el cortejo con el acompañamiento de la Centuria Romana Munda, que realizó el acto de La Lanzada al Cristo de la Yedra, antes de que el Nazareno y María Santísima de los Dolores regalaran al pueblo de Montilla su bendición ante las puertas del templo agustino, un enclave que, con las últimas luces del día, se vistió de luto para asistir a la salida de la Pontificia Hermandad del Santo Entierro, Soledad y Angustias de la Madre de Dios.

El intenso Viernes Santo montillano lo completó la hermandad del Sagrado Descendimiento, que evitó transitar por las calles Capitán Alonso de Vargas y San Juan de Ávila debido a unos cables que, a juicio de la cofradía, podían poner en riesgo el impresionante misterio que porta una de las obras cumbres del imaginero cordobés Antonio Bernal, un paso que escogió como acompañamiento musical el de la Banda de la Agonía de Córdoba.