Jesús Casero, hermano mayor de Las Penas de Santiago, hacía ayer alarde de síntesis y claridad de visión sobre lo que supone la nueva carrera oficial 2017 en el entorno de la Mezquita Catedral, tanto para su hermandad como para las cofradías en general y hasta para la propia ciudad. Es el primero que reconoce que «se nos mirará con lupa, tendremos miles de ojos sobre nosotros», al tener que asumir su hermandad todo un compromiso histórico: ser la primera cofradía que inaugure la primera tarde completa del itinerario común.

Sin embargo, centrar la Semana Santa en La Catedral «es una apuesta de todos, y todos nos hemos concienciado para ello». Más aún, y aunque para la corporación no es nueva su presencia en el primer templo cordobés, «las hermandades que no lo hayan vivido aún seguro que quedarán enganchadas», augura Casero respecto al atractivo y significado que supone el paso por La Catedral.

EL ITINERARIO / Eso sí, replantear la Semana Santa también ha supuesto para Las Penas, como para el resto de las hermandades en mayor o menor grado, un sacrificio. Por ejemplo, su recorrido (en contra de lo que podría suponerse) será algo más largo y obligará a un paso más ligero, saliendo a las 16.30 horas, llegando a carrera oficial a las 18.30 y regresando al templo a las 23.30 horas. Sin embargo, también Las Penas es de las hermandades que han sabido hacer de la necesidad virtud recuperando antiguos hitos, como Maese Luis o su llegada a La Corredera, este año ya de noche, sobre las 21.40 horas. «Es algo que ha gustado a los hermanos. Se recupera esta plaza de noche y se pasa por enclaves también muy nuestros», reforzando señas de identidad. De hecho, será el itinerario más de barrio de la corporación que despierta pasiones en Santiago, con la mayoría de su itinerario abrazando los entornos de San Francisco y San Pedro.

«Por supuesto que no todo puede salir bien, que nos daremos cuenta de que habrá algunas cosas que hay que limar los próximos años, pero no podemos quedarnos estancados. Hay que mejorar sin perder nuestras raíces», resumía ayer Jesús Casero.