Es una hermandad que ya no es tan joven, seria, de las que llaman cofradías del Centro y, sin embargo,... tiene algo distinto, como un especial aroma a azahar, valga esta licencia poética, sobre todo por que precisamente el palio de la Reina de los Ángeles utilizó ayer esta flor aromática como parte del exorno floral, además de otras flores como clavel blanco en piñas cónicas.

La hermandad, con el traslado de la carrera oficial al entorno de la Mezquita-Catedral hace dos años, se vio condicionada a adoptar un itinerario que en su práctica totalidad discurre por las mismas calles a la ida y vuelta, aunque «yo nunca lo siento igual», puntualiza Rafael Aranda, uno de los 750 hermanos de la corporación. Y es que siempre hay pequeñas diferencias en el mismo cortejo y de año en año que lo son todo. Por ejemplo, el estreno ayer del dorado de la trasera del paso de Jesús de la Sangre, obra de Rafael Barón, un misterio que usó como adorno floral el clavel rojo. Pequeños toques de azahar que son todo un mundo.