El Señor de Córdoba volvió a procesionar ayer en Semana Santa, por segunda vez tras la decisión del año pasado no exenta de polémica, delante de la titular mariana de la hermandad, la Virgen de la Amargura. Se consolida así la vuelta del cortejo a su orden natural que durante tantos años fue alterado para dar cabida a los miles de devotos que seguían al Señor de Córdoba, ayer exornado con clavel rojo. Sin embargo, la Virgen de la Amargura, con rosas blancas y un toque de rosas lilas y que sufrió un percance que obligó a retirar un varal de su palio, también fue seguida por centenares de penitentes. Ciertamente, menos devotos que tras el Rescatado, pero con el mismo espíritu. Quizá sea significativo que este año haya aumentado el número de hermanos y casi haya un centenar más de nazarenos, habiéndose estrenado 60 equipos de hermanos de luz. Internos del centro penitenciario tomaron de nuevo parte en el cortejo como penitentes, recordando el carácter de libertador de cautivos del Nazareno Trinitario.