La hermandad que primero se incorporó al Martes Santo cordobés, El Prendimiento, tuvo algo de anfitriona en la jornada de ayer, tanto por su historia como al ser la que escogió el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, para ver su salida desde el templo. El caso es que la hermandad, con su casi medio millar de nazarenos, volvió a dirigirse a La Ribera (un camino en el que también fue pionera en Córdoba mucho antes de soñarse en serio con la actual carrera oficial) para dirigirse al primer templo de la diócesis, con el palio de Nuestra Señora de la Piedad exornado con flores de distintos tonos blancos y rosas. Entre las novedades de la hermandad de espíritu y raíces salesianas se encontró la restructuración de los puntos de luz y dos nuevos candelabros para el paso del misterio, siguiendo esa renovación estética iniciada hace años hacia un estilo rococó francés.