Tras unos años en lo que no siempre se ha podido procesionar con tanta tranquilidad por el Puente Romano un Domingo de Ramos, la hermandad, con sus tres pasos y toda la pasión que despierta en el Campo de la Verdad, llegó a la carrera oficial disfrutando de un espectacular día de inicio de Semana Santa y haciendo valer la nueva etapa que ha comenzado la cofradía, todo ello acompañada por Antonio Murillo, párroco de Jesús Divino Obrero, sede canónica de la corporación. Y aunque todos los años hay que citar la cuadrilla de hermanas costaleras de la Encarnación, quizá en éste, donde se ha relanzado las reivindicaciones del papel de las mujeres en la sociedad, haya que dedicarle un recuerdo especial. Y es que ayer hizo 35 ediciones de aquella Semana Santa de 1985 en la que por primera vez portaron el paso. La petalada que recibió la Virgen al poco de salir también tenía ayer algo de especial cariño femenino hacia la Encarnación... y hacia sus costaleras.