Este año el Señor del Puente Romano juega en casa. Y es que todas las cofradías se reflejarán en el cauce que tantas veces ha visto cruzar al Santísimo Cristo del Descendimiento, privilegio hasta ahora casi exclusivo de las hermandades de la otra orilla.

EL ESPÍRITU

En cierta forma, en el 2017 el Descendimiento hace de anfitriona. Hasta podría haber cierta sensación de que la hermandad no cruzará el Puente Romano para «ir a Córdoba», como aún dicen los castizos del Campo de la Verdad, porque este año es la Semana Santa la que se acerca al río, al Sur y al Descendimiento... «Creemos que la estación de penitencia va a tener más sentido aún. Ganamos en recogimiento, en lo espiritual...», decía ayer el hermano mayor, José Enrique Domenech.

EL ITINERARIO

Pero concretemos: el itinerario que dio a conocer el Descendimiento puede que sea el más corto de su historia. Tras salir de San José y Espíritu Santo a las 19.30 horas, tardará una hora en llegar al Puente Romano, entrará en carrera oficial a las 20.54 y a las 21.40 llegará al interior de la Catedral. La salida del itinerario común será a las 22.24 horas, el regreso a La Ribera a las 23.00 y estará en el Puente Romano de vuelta a las 23.30 horas. Dos horas menos de procesión y aún así, con un paso lento. Pero «responde a la prudencia ante una carrera oficial nueva, a las necesidades de todas las cofradías del día, a contribuir a que todo salga bien...», eso sí, «sin renunciar a que en próximos años, si puede ser, se hagan cambios», resume el hermano mayor.

EL PROBLEMA

Y es que el Descendimiento no es ajeno a los muchos problemas (cada hermandad con los suyos) que se han tenido que superar. Por ejemplo, con la incógnita de si al regreso en el cruce de Cardenal González con San Fernando el paso ya estará libre. Otra cuestión: el empeño que ha puesto la hermandad (fue de las primeras en hablar prudentemente tan claro) en informar a hermanos y a todo el barrio de que, de acuerdo a la decisión que tomó la Agrupación de Cofradías por motivo de orden y seguridad, los devotos sin hábito no podrán seguir al cortejo más allá del Puente Romano, aunque podrán incorporarse después.