Ciertamente, y valga la expresión deportiva, El Perdón jugaba ayer en casa. La cercanía de su templo de San Roque a la carrera oficial y a otros templos es un factor positivo a considerar en caso de un traicionero chubasco. Aún así, tuvo que ser muy difícil tomar la decisión de salir en una jornada con tan malas previsiones de lluvia como la de ayer, unos pronósticos que, encima, empeoraron aún más al cerrarse la noche y ya con el cortejo en carrera oficial. También sería muy difícil quedarse en el templo en un año tan especial como éste, donde se conmemora el 25 aniversario de la hechura de Nuestro Padre Jesús del Perdón (fue la imagen que centró el vía crucis de Cuaresma de las cofradías) y con estrenos para la ocasión también notables: cresterías laterales del palio, saya para la Virgen, túnica bordada en oro para el Señor Nazareno... Y tanta ilusión se vio recompensada: fue la única cofradía que ayer pisó la carrera oficial y volvió a su templo sin novedad, con todas las bendiciones y el perdón del cielo.