Hablando en alguna ocasión con mi hermano y amigo Jose Ignacio Martínez Morente, poníamos en común lo bonito y catequístico que sería ver entrar por la Puerta del Puente, el antiguo lugar de acceso a la ciudad, a Nuestro Padre Jesús de los Reyes en su Entrada Triunfal, en su peregrinaje a la Santa Iglesia Catedral.

Para mí era algo impensable: la distancia que nos separaba de este lugar sagrado era mucha. Pero solo con imaginar al nutrido grupo de niños, que representan en su estación de penitencia a todas las cofradías de la ciudad, acompañando con sus sonrisas y su naturales algarabías a un Cristo triunfante, solo cabía emocionarme.

Este es el momento de la Semana Santa más sublime para mí, un humilde cofrade de la Borriquita.

Ya había soñado hace mucho tiempo con este Domingo de Ramos. Creo que he soñado con él durante toda mi vida cofrade. Y por fin, este año, se hizo realidad.

Que más se puede pedir y decir.

Feliz Semana Santa.