Nos sorprendió la noche en la calle y a la luz de la luna, el sol que anuncia su victoria sobre la muerte, brilló en esplendor sobre Córdoba. Ante Tí, Cristo de Ánimas, la tiniebla ya no es tiniebla.

Un nuevo recorrido. Una nueva carrera oficial: el gran estreno de las cofradías… Unidas, hacemos estación de penitencia en la Catedral. Prevalece el testimonio de la fe, pero la belleza se une a la Verdad.

Procesionar a nuestros titulares es el máximo anhelo, pero también la vida de hermandad llena nuestro afán cofrade: misa cada lunes, cultos, viacrucis, procesión del Corpus por la parroquia, acción social continua…

Damos gracias a Dios por la entrega de tantos jóvenes, por las responsabilidades que asumen y por su fidelidad. Un objetivo: acercamiento de los niños a la hermandad y de los jóvenes a la salida procesional. Sin perder nuestra idiosincrasia pero con los brazos abiertos acogemos a todo el que se sienta llamado.

Somos testigos de la providencial asistencia de nuestros titulares en nuestras vidas: desde auténticos milagros (no es una exageración) hasta su fuerza y su luz en las dificultades. Cuando una persona pide hacerse hermano, sabemos que es Él quien lo trae. La Hermandad es el brazo largo de nuestros Titulares que, a pesar de nuestros fallos, testimonia el Amor que el Remedio de Ánimas y la Virgen de las Tristezas nos tienen.