Álvaro, el segundo de los cuatro hijos de Fernando Jiménez-Castellanos y Lucía Holgado, falleció el 22 de noviembre del 2017 cuando tenía 27 años. Una leucemia, para la que no hubo solución, tras tres años de dura lucha de este joven con raíces cordobesas, impidió que pudiera seguir disfrutando de la vida y de la destreza al navegar que compartía con su padre. Mientras Álvaro estuvo ingresado en el hospital Reina Sofía, su padre supo de una iniciativa de un médico de Santander que organizaba viajes en velero para pacientes oncológicos y pensó que cuando su hijo se recuperara sería un bonito proyecto para realizar en Andalucía. Sin embargo, Fernando se tuvo que enfrentar a la pérdida de su hijo y aún así decidió sacar fuerza para lograr que aquella actividad se hiciera realidad. Así nació el año pasado Navega con Álvaro, que permitió que pacientes pediátricos con patologías oncohematológicas de Huelva y Sevilla pudieran navegar en velero. En su segunda edición, este año Navega con Álvaro va a posibilitar que 12 pacientes del Reina Sofía (de 7 a 22 años) con estas mismas enfermedades (de los que 10 son de Córdoba, uno de Jaén y otro de Algeciras) disfruten de esta actividad hoy y mañana y luego otra vez el 7 y 8 de septiembre. A estos 12 chicos se suman hoy otros 30 de Huelva y Sevilla (entre los que habrá también algún hermano). Siete barcos serán los que saldrán hoy desde el puerto de Punta Umbría a media mañana. En cada velero viajarán 4 o 5 niños, acompañados por el patrón, un profesional sanitario y un monitor. Por la tarde, tras volver a tierra, podrán sumarse familiares para conocer el pueblo y cenar, y después los chicos de Córdoba dormirán en los veleros. Además, mañana recibirán cursillos en la escuela de vela. Fernando agradece la colaboración de los dueños de los veleros, de los sanitarios y monitores, que no cobran nada por hacer pasar un fin de semana inolvidable a estos niños y jóvenes, y también la aportación este año de la Fundación Cajasur, para sufragar el coste de desayunos y cenas, así como la generosidad del Real Club Náutico de Punta Umbría, que ofrecerá hoy un almuerzo gratuito a todos los participantes.

A Fernando no le pesa el esfuerzo de lograr que esta iniciativa se lleve a cabo porque sabe que su hijo Álvaro navega de algún modo junto a estos niños. Pero el mayor incentivo para este padre es escuchar a estos pequeños pacientes cuando le dicen: «Muchas gracias por esta sesión de quimioterapia sin efectos secundarios» y otras frases que llenan su corazón.