El oncólogo médico del hospital Reina Sofía Juan de la Haba repasó ayer en la Fundación Cajasol los resultados de investigaciones que profesionales del hospital cordobés, en colaboración también con el Imibic, llevan a cabo para luchar contra todo tipo de cáncer y también contra el de mama, que es el más frecuente en la mujer. De la Haba destacó que en la actualidad la Unidad de Oncología del Reina Sofía tiene activos cerca de 100 ensayos clínicos, de los que más de 30 se refieren a cáncer de mama. Este oncólogo resaltó la «importancia» de que las investigaciones cuenten con la participación de diferentes hospitales y centros de investigación de países de uno o más continentes para obtener unos resultados más positivos y concluyentes en la lucha contra el cáncer.

Juan de la Haba se refirió de forma más concreta al análisis que el Grupo Geicam de Investigación en Cáncer de Mama ha llevado a cabo de los datos de dos ensayos clínicos, que han confirmado que añadir un tratamiento antiangiogénico (Bevacizumab), que impide la formación de nuevos vasos sanguíneos dañinos, al tratamiento hormonal mejora la supervivencia libre de progresión, pasando de 14 meses a 19 en determinadas pacientes con cáncer de mama avanzado.

«Las pacientes con tumores más hormonosensibles y aquellas con un intervalo libre de enfermedad mayor de dos años podrían ser las que más partido terapéutico pueden sacarle a la combinación del antiangiogénico y el tratamiento hormonal», indicó este experto. De la Haba precisó que esta investigación multicéntrica mundial se ha hecho junto con el grupo estadounidense The Alliance for Clinical Trials in Oncology y el alemán German Breast Group, con la «meta de seguir estudiando nuevos biomarcadores». En los dos ensayos clínicos han participado más de 700 pacientes con cáncer de mama avanzado y receptores hormonales positivos. Los resultados se presentaron en la 53 Reunión Anual de la Sociedad Americana de Oncología Médica (ASCO) de Chicago. Este oncólogo recordó que el planteamiento inicial de este ensayo clínico mundial surgió en el Reina Sofía, contando con el Imibic para la investigación básica, incorporándose después hospitales y centros españoles que forman parte de Geicam y luego a los grupos de Alemania y de Estados Unidos.