El hospital Reina Sofía recuerda que el 60% de las personas con cáncer de cabeza y cuello acude al especialista cuando ya tiene la enfermedad avanzada en el momento del diagnóstico. Hoy se conmemora el día mundial del cáncer de cabeza y cuello cuya tasa de supervivencia y curación asciende al 80-90% cuando el paciente es diagnosticado en fase temprana, por ello es fundamental conocer los síntomas de esta patología.

En este sentido, el lema seleccionado este año por la Sociedad Europea de Cabeza y Cuello (EHNS) para el desarrollo de su campaña es Uno durante tres, ya que “los pacientes deberían acudir a un especialista de cabeza y cuello (cirujano oral y maxilofacial, otorrinolaringólogo) si tienen uno de los síntomas siguientes durante tres semanas: dolor en la lengua, úlceras en la boca que no curan, manchas blancas o rojas en la boca, dolor de garganta, ronquera persistente, dolor o dificultad para tragar, bulto en el cuello, nariz taponada en uno de los lados o sangrado persistente por al nariz”, señala la directora de la unidad de gestión clínica de Cirugía Oral y Maxilofacial y presidenta del comité de cáncer de cabeza y cuello del hospital Reina Sofía, Alicia Dean.

El cáncer de cabeza y cuello es el sexto tipo de cáncer más común en Europa y su incidencia está aumentando. Este tipo de cáncer comienza en las células escamosas que revisten las superficies mucosas de la cabeza y el cuello, como los labios, la boca, la nariz, la garganta y la laringe. Hay más de 30 zonas de la cabeza y cuello diferentes donde puede desarrollarse el cáncer. Las localizaciones más frecuentes para los cánceres de cabeza y cuello son: la cavidad bucal (42%), la faringe (35%) y la laringe (24%).

La mayoría de los pacientes con cáncer de cabeza y cuello diagnosticados en fase temprana pueden ser tratados con una cirugía con poca morbilidad y con un periodo de recuperación corto. Sin embargo, en fases más avanzadas el tratamiento puede incluir una cirugía mayor y radioterapia acompañada a veces de quimioterapia que pueden producir una gran afectación en funciones tan importantes como el habla, la deglución, la masticación, la fonación y el aspecto externo facial.

Factores de riesgo

Para luchar contra este tipo de tumores, la herramienta más efectiva es la prevención. En este sentido, los especialistas del hospital recuerdan que los principales factores de riesgo son el consumo de tabaco, alcohol y el virus del papiloma humano (VPH). Así, los fumadores tienen un riesgo mayor de padecer cáncer de cabeza y cuello con respecto a los no fumadores.

En cuanto al alcohol, los hombres que consumen más de tres unidades de alcohol al día y las mujeres que consumen más de dos unidades de alcohol al día tienen un riesgo mucho más alto de desarrollar cáncer de cabeza y cuello. “Concretamente, el tabaco causa cerca del 65% de los casos de cáncer de cabeza y cuello, mientras que al alcohol se asocia aproximadamente el 20%”, señala la responsable del comité de cáncer de cabeza y cuello del complejo hospitalario.

Por último, la especialista también recuerda que el aumento de la incidencia del cáncer de garganta está relacionada con el virus del papiloma humano. “Los pacientes con cáncer de cabeza y cuello asociado al virus del papiloma humano (VPH) son por lo general jóvenes, con un estado de salud bueno y sin antecedentes de abuso de alcohol o tabaco”.

En este contexto recuerda que “el cáncer de cabeza y cuello es un cáncer curable, pero todavía produce mortalidad en aproximadamente la mitad de los pacientes que lo padecen. Por ello es una necesidad la concienciación de la población en los signos y síntomas de alarma para acudir al especialista, y en las medidas de prevención evitando el consumo de tabaco y alcohol y fomentando una dieta sana”.

Aunque los hombres tienen de dos a tres veces más probabilidad de desarrollar el cáncer de cabeza y cuello, la incidencia está creciendo entre las mujeres. En esta línea, los especialistas del hospital recuerdan que el cáncer de cabeza y cuello es más común en personas mayores de 40 años, pero ha habido recientemente un incremento en personas más jóvenes que han desarrollado la enfermedad.